En un caso que conmocionó al departamento de Nariño y al país por la desaparición de dos jóvenes que se desplazaban en un vehículo desde Nariño hacia Medellín y que fueron al parecer interceptados por grupos armados, se confirmó el deceso del joven Jesús Adrián Marcillo.
Hechos
El joven, al igual que su compañera, Angie Pahola Tovar, habrían sido secuestrados en medio de un retén ilegal en la vereda El Túnel, en la vía Panamericana entre Popayán y Piendamó siendo interceptados y obligados a bajar de su vehículo, perdiendo su rastro por completo desde el pasado 27 de agosto.
De acuerdo con las investigaciones preliminares, habrían sido raptados por las disidencias de las Farc y, tras aproximadamente dos meses de espera y de búsqueda por su liberación, se da la trágica noticia de su fallecimiento.
Las causas en las que habrían sucedido estos hechos aún no han sido oficializadas por parte de las autoridades competentes, pues el suceso que se dio en extrañas circunstancias, es materia de investigación.
Labores
Durante el tiempo de su desaparición, fueron múltiples las labores y llamados para que fueran liberados y pudiesen regresar a sus casas sanos y salvos, sin embargo, esto no ocurrió y hoy deja como resultado esta terrible pérdida.
“Esperábamos con fe su regreso, pero tristemente esta guerra de nunca acabar le arrebató la vida. Solicitamos a las autoridades competentes hacer justicia que se conozca la verdad de esta trágica noticia”, indicaron los familiares.
De igual manera mencionaron: “De parte de los familiares agradecemos profundamente todo el apoyo en estos momentos tan difíciles. Dios los bendiga”, fueron las palabras que hicieron eco en redes sociales tras el hallazgo de los jóvenes.
La Alcaldía de Guachucal también se pronunció frente a este caso terrible, mediante una nota de condolencia por el fallecimiento del joven. “La Administración municipal expresa su profundo pesar por el fallecimiento de Jesús Adrián, joven guachucalense cuya partida enluta a nuestra comunidad”.
Expresaron toda la solidaridad con los familiares e hicieron el llamado “a no guardar silencio, a no aceptar como normal lo que hiere lo más sagrado: la vida, los sueños, la esperanza. Guachucal no olvida y reafirma su voz por la paz”.

															


