La confianza del consumidor en Colombia registró una leve mejoría durante el último trimestre, según los datos más recientes divulgados por el Centro de Estudios Económicos (Fedesarrollo).
El indicador, que mide la percepción de los hogares sobre la situación económica actual y las expectativas futuras, alcanzó un valor de -7,3 puntos en octubre, frente a los -11,5 registrados en septiembre, lo que refleja una tendencia positiva tras varios meses de caída.
El informe señala que el incremento se explica principalmente por un mayor optimismo en los estratos medios y altos, donde los consumidores consideran que las condiciones económicas del país podrían mejorar en los próximos meses. Asimismo, se registró un repunte en la disposición a comprar bienes duraderos, como vehículos y electrodomésticos, aunque el índice aún se mantiene en terreno negativo.
De acuerdo con Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo, “la recuperación de la confianza es moderada, pero sostenida. Factores como la estabilidad de la tasa de cambio, la reducción gradual de la inflación y el descenso de las tasas de interés han contribuido a mejorar las expectativas de los hogares”. Sin embargo, advirtió que persisten desafíos, especialmente en materia de empleo y poder adquisitivo.
El estudio también muestra diferencias regionales. Las ciudades de Medellín y Barranquilla presentan los niveles más altos de confianza, mientras que Bogotá y Cali se mantienen rezagadas. En términos sectoriales, los consumidores del sector servicios son los más optimistas, seguidos por los del comercio, mientras que la industria continúa mostrando prudencia frente al futuro inmediato.
Por su parte, el Banco de la República destacó que la desaceleración de la inflación, que en octubre se ubicó en 5,9 %, ha ayudado a aliviar las presiones sobre el consumo. “Aunque el crédito sigue siendo limitado, las señales de recuperación son positivas y podrían consolidarse en 2026 si la estabilidad macroeconómica se mantiene”, indicó la entidad en un comunicado.
Expertos consultados advierten que, pese a los signos de mejoría, la economía colombiana aún enfrenta riesgos derivados de la incertidumbre global, los precios del petróleo y el comportamiento del dólar.
Además, la reactivación del consumo interno dependerá de la capacidad del mercado laboral para absorber a los trabajadores informales y de la confianza de los inversionistas en las políticas del Gobierno.
En conjunto, los analistas coinciden en que los próximos meses serán decisivos para determinar si la tendencia de mejora se consolida o si se trata de un repunte temporal dentro de un ciclo de recuperación más lento.



