Redacción Extra
Manuel Antonio Castañeda, conocido como el ‘narcochofer’, y copartícipe en la fuga de alias Matamba, volvió a generar controversia tras narrar, en entrevista con el periodista Gonzalo Guillén, los pormenores de su trayectoria en el tráfico de drogas. Según su propio testimonio, durante su carrera delictiva llegó a transportar más de cinco toneladas de cocaína, todas procedentes del municipio de La Plata, en el occidente del Huila.
Operación
El exchofer explicó que la droga era acopiada en zonas rurales del municipio; zonas donde la actividad cocalera se ha mantenido activa. Posteriormente, los cargamentos eran organizados para ser enviados a diferentes regiones del país. Entre las rutas mencionadas por Castañeda se encuentran los Llanos Orientales, Florencia, la Costa Caribe y la capital del país, Bogotá, corredores estratégicos para la distribución nacional.
Contexto
Las declaraciones de Castañeda exponen la capacidad productiva de las organizaciones narcotraficantes asentadas en La Plata, donde la combinación de factores geográficos y la presencia de grupos armados ilegales ha permitido la consolidación de estas redes. En esta zona del Huila, el cultivo de hoja de coca y la operación de cristalizaderos han alimentado economías ilícitas que siguen representando un desafío para las autoridades.
Implicaciones
El relato del exchofer coincide con investigaciones previas sobre el papel del occidente del Huila como corredor del narcotráfico, evidenciando cómo estructuras criminales logran articular la producción y el transporte de grandes cantidades de cocaína a lo largo del territorio nacional.
Perspectiva
Aunque Castañeda se encuentra en libertad bajo un principio de oportunidad, sus confesiones podrían derivar en nuevas líneas de investigación sobre las redes criminales que operan en esta región. Los detalles sobre rutas, volúmenes y métodos de transporte aportan elementos para comprender la magnitud del fenómeno en el occidente del Huila, donde la combinación de actividades ilícitas y violencia asociada sigue teniendo un fuerte impacto en la seguridad y estabilidad del territorio.
Estas revelaciones reavivan la preocupación por el control que ejercen grupos armados en zonas rurales del Huila y la capacidad de producción de cocaína en regiones que históricamente han sido utilizadas como enclaves estratégicos para el narcotráfico.



