Un irresponsable al volante provocó un incidente que conmocionó a la ciudad.
El fatídico suceso paralizó la ciudad. Humberto Galindo, un conductor en evidente estado de embriaguez, desató el caos al atropellar sin piedad a dos mujeres que transitaban en una motocicleta frente al distrito militar. Las dos mujeres afectadas, cuya identidad aún no ha sido revelada, fueron trasladadas de urgencia a un centro médico. Aunque lograron sobrevivir, las heridas que sufrieron son impactantes, dejando a la comunidad conmovida y exigiendo justicia. Según fuentes médicas, ambas presentan fracturas en extremidades y contusiones severas que requerirán largos periodos de rehabilitación.
Humberto Galindo fue capturado y llevado a la estación de policía del municipio, donde confirmaron que manejaba bajo los efectos del alcohol. Al momento de su detención, mostraba una actitud desafiante que generó más indignación entre los presentes. La comunidad exige un castigo severo para este «peligro ambulante» que pudo haber causado una tragedia aún mayor. Las autoridades aseguran que el caso recibirá prioridad en las investigaciones, y se esperan cargos por conducción temeraria y lesiones personales.
Repercusiones
El incidente ha generado un fuerte impacto social, con redes sociales inundadas de mensajes de solidaridad hacia las víctimas y reclamos contra la impunidad. «No podemos seguir permitiendo que estas tragedias queden sin consecuencias», escribió un usuario en Facebook, donde varios ciudadanos han convocado a marchas en demanda de mayor control vehicular y castigos ejemplares para conductores ebrios. La indignación crece en Sogamoso, donde los ciudadanos piden controles urgentes y sanciones más duras contra los conductores ebrios. Este incidente se suma a una lista de tragedias evitables que podrían haber sido prevenidas. La moto destruida y las heridas de las mujeres son ahora un recordatorio escalofriante del costo de la imprudencia y la irresponsabilidad. Las autoridades locales han anunciado que se intensificarán los operativos de control de alcoholemia, especialmente durante los fines de semana y en zonas de alto tránsito.
Este suceso, deja una lección amarga sobre las devastadoras consecuencias de la imprudencia al volante y el consumo de alcohol. Este lamentable suceso no solo evidenció el peligro latente en las calles, sino que también movilizó a una comunidad indignada que exige justicia y mayores controles viales. Mientras las víctimas enfrentan un arduo camino hacia su recuperación, este evento debe servir como un llamado de atención para reforzar las medidas de seguridad, fomentar la responsabilidad ciudadana y garantizar que hechos tan desgarradores no vuelvan a repetirse.
