El exalcalde de Prado, Álvaro González Murillo, fue condenado a siete años y cuatro meses de prisión por su participación en un entramado de corrupción durante su mandato entre 2016 y 2019. La decisión fue ratificada en segunda instancia por la Sala Penal del Tribunal Superior de Ibagué, que confirmó el fallo emitido por un juzgado de conocimiento de Purificación.
González Murillo fue hallado responsable de los delitos de prevaricato por acción, fraude procesal, interés indebido en la celebración de contratos y contrato sin cumplimiento de requisitos legales. Las irregularidades giraron en torno a la contratación de la reconstrucción de un puente sobre el río Negro, en zona rural del municipio, bajo una falsa urgencia manifiesta.
En enero de 2016, el exalcalde revocó una urgencia manifiesta previa y terminó unilateralmente los contratos de obra e interventoría del puente. Sin embargo, en abril de ese mismo año volvió a declarar la urgencia y en julio expidió un nuevo decreto para contratar la obra por más de $2.300 millones, esta vez sin convocatoria pública ni los requisitos legales.
Pese a haber enviado la documentación a la Contraloría General de la República en busca de respaldo, el ente de control fiscal determinó que ni la declaratoria de 2015 ni la de 2016 cumplían con los requisitos legales. El caso, demostrado por la Fiscalía en juicio, evidenció que la urgencia fue utilizada como pretexto para favorecer intereses particulares.
El puente que motivó el escándalo llevaba más de 15 años colapsado cuando se iniciaron los contratos irregulares. A la fecha, no se ha concluido la obra, pese a los millonarios recursos comprometidos.
