El reciente intento terrorista que llevó a la cancelación de tres fechas del «The Eras Tour» de Taylor Swift ha reavivado el debate sobre la seguridad en conciertos y eventos masivos. Aunque en este caso la amenaza fue neutralizada antes de que pudiera causar daño, la historia muestra que la seguridad en los conciertos ha sido una preocupación constante, con trágicos incidentes que han marcado la industria musical. A continuación, un repaso a algunos de los conciertos que se convirtieron en pesadillas para los asistentes y organizadores.
1. Atentado en el Manchester Arena (2017)

Uno de los incidentes más devastadores en la historia reciente de conciertos ocurrió el 22 de mayo de 2017, cuando un atentado suicida durante el concierto de Ariana Grande en el Manchester Arena dejó 22 muertos y más de 50 heridos. El ataque, llevado a cabo por un extremista que se hizo estallar en la salida del recinto, conmocionó al mundo y llevó a un endurecimiento de las medidas de seguridad en eventos masivos en todo el mundo. Grande, profundamente afectada por el suceso, organizó un concierto benéfico titulado «One Love Manchester» para recaudar fondos para las víctimas y sus familias.
2. Festival de Astroworld de Travis Scott (2021)

El 5 de noviembre de 2021, el Festival Astroworld en Houston, Texas, sufrió un trágico suceso cuando una avalancha de personas en el concierto de Travis Scott resultó en la muerte de 10 asistentes y decenas de heridos. El caos comenzó cuando la multitud se aglomeró cerca del escenario, provocando un aplastamiento que dejó a muchas personas atrapadas. La tragedia llevó a un escrutinio exhaustivo sobre las prácticas de seguridad en conciertos y festivales, así como a demandas legales contra los organizadores y artistas involucrados.
3. Incendio en el Club de Noche en Buenos Aires (2004)

En el año 2004, el Club de Noche «República Cromañón» en Buenos Aires, Argentina, fue el escenario de un incendio devastador durante un concierto de rock. El siniestro, causado por una bengala encendida en el interior del local, resultó en la muerte de 194 personas y dejó a más de 700 heridas. Este incidente es recordado como una de las peores tragedias en la historia de conciertos en América Latina, y provocó una revisión de las normativas de seguridad en eventos en vivo en Argentina y otros países.

Estos trágicos eventos subrayan la necesidad urgente de una seguridad rigurosa en los conciertos y festivales para prevenir tragedias. La industria musical continúa adaptándose y mejorando sus protocolos de seguridad para proteger a los asistentes y garantizar que los eventos en vivo sigan siendo una fuente de alegría y entretenimiento, en lugar de convertirse en pesadillas.


