Luego de los hechos registrados en las inmediaciones de la Embajada de los Estados Unidos en Bogotá, se desató una ola de críticas contra el alcalde de la ciudad Carlos Fernando Galán.
El concejal Daniel Briceño fue uno de los primeros en reaccionar. “Bogotá lleva semanas sumida en el caos. No hay autoridad. Todo lo quieren solucionar con el diálogo cuando el vandalismo responde con violencia”.
A la denuncia de Briceño también se le sumó el exvicepresidente a través de su red social X, agregando: “Bogotá sigue vandalizada. Nadie reacciona, no hay detenidos, nadie responde y sus gestores de convivencia son una partida de burócratas inútiles”.
Esto, luego de que cuatro policías que estaban custodiando la embajada norteamericana resultaran heridos con flechas. Los responsables, presuntamente integrantes de la llamada Cumbre de Los Pueblos que se tomó varios sectores de la ciudad como protesta, entre ellos la Universidad Nacional. En ese contexto, el alcalde de la ciudad rechazó el hecho y ordenó a la Policía Metropolitana de Bogotá el uso de la fuerza.
Administración defiende estrategias de seguridad
Como respuesta a las acusaciones del cabildante, el secretario de Gobierno, Gustavo Quintero Ardila, defendió las acciones de la administración municipal en materia de seguridad. “Hay momentos en los que procede el diálogo y otros en los que el uso de la violencia obliga a procedimientos de fuerza pública”.
El toma y dame no se detuvo allí. El concejal insistió en que las respuestas de la administración local siempre son tardías ante eventos como el que se presentaron en las inmediaciones de la embajada de los EEUU en Bogotá.
“Las intervenciones de la fuerza pública cuando hay vandalismo en Bogotá siempre son tardías, el Distrito gasta horas y capacidades tratando de dialogar con gente que solo busca el caos, bloquear, vandalizar y extorsionar a la ciudad”, expresó el cabildante.
Todo esto ocurre, en un contexto de protestas constantes y tomas de sedes ministeriales por parte de esta Cumbre de los Pueblos en la capital.