CONCEJAL BAJO LA LUPA

[responsivevoice_button voice="Spanish Latin American Male" buttontext="Escuchar Noticia"]
Compartir en

Ramiro Vidal enfrenta una grave denuncia por presunta invasión de terrenos privados en Campoalegre

El concejal de Neiva, Ramiro Vidal, del Partido Liberal, se encuentra en el centro de una creciente controversia judicial. Según una demanda interpuesta por Juan Camilo Guzmán Rodríguez, Vidal estaría involucrado en la ocupación ilegal de un terreno de propiedad privada en el municipio de Campoalegre. La denuncia, que ya fue radicada ante las autoridades judiciales, ha puesto en tela de juicio no solo el comportamiento del funcionario, sino también la forma en que algunos actores políticos estarían utilizando su posición para beneficio personal. El caso ha generado indignación entre sectores sociales y políticos de la ciudad, donde se empieza a percibir un patrón peligroso: el de funcionarios que cruzan la línea entre lo público y lo privado sin consecuencias inmediatas.

Poder político al servicio propio

Más allá de la gravedad legal del asunto, lo que realmente enciende las alarmas es la percepción de que un concejal en ejercicio podría estar instrumentalizando su poder y posición para favorecer sus intereses particulares. Ramiro Vidal, además de su rol como servidor público, es dueño de una empresa de seguridad, lo cual le otorga una doble responsabilidad ética: cuidar de los bienes ajenos y actuar con absoluta integridad en el ejercicio de sus funciones.

Silencio que agrava el escándalo

Lo más preocupante de esta situación es el absoluto silencio del concejal Vidal frente a la denuncia. A pesar del creciente ruido mediático y del debate ciudadano en redes sociales, el cabildante no ha ofrecido ningún tipo de explicación, aclaración o defensa pública. Esta actitud evasiva ha incrementado la desconfianza y es interpretada como una táctica para ganar tiempo o evitar el escrutinio. En una democracia sana, los funcionarios públicos deben rendir cuentas de manera oportuna y transparente.

Un mensaje equivocado

El escándalo que rodea a Ramiro Vidal no solo afecta su imagen personal y política, sino que también envía un mensaje preocupante a la ciudadanía. Cuando un concejal es denunciado por invadir propiedad ajena y no asume una postura clara frente a ello, se debilita el tejido institucional y se incentiva la impunidad. La pregunta que muchos se hacen hoy en Neiva es tan simple como contundente: si así actúa con lo ajeno un funcionario en lo poco, ¿qué podemos esperar si se le otorgan mayores cuotas de poder? El caso evidencia, una vez más, la necesidad de revisar con lupa el comportamiento de quienes dicen representar el interés general.

Neiva merece respuestas claras

La crisis de credibilidad que atraviesan los concejos municipales no es casual. Está cimentada en escándalos como este, en donde la ciudadanía ve con desesperanza cómo los servidores públicos se ven envueltos en polémicas que contradicen los valores democráticos. Neiva necesita con urgencia recuperar la confianza en sus instituciones y sus representantes.


Compartir en