Con pasos invisibles

La Corte Suprema la investiga por corrupción en contratos hechos por Berenice Bedoya.
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En el tablero político huilense se mueve una ficha que genera ruido y controversia: la senadora Berenice Bedoya, citada por la Corte Suprema de Justicia en medio de un escándalo que sacude la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD). Bedoya, acusada de presuntamente haber solicitado contratos a cambio de respaldos políticos, reaparece en Neiva con el impulso de Abel Mendoza, concejal capitalino que ha decidido portar su bandera en la región.
La investigación apunta a que, junto a la también senadora Martha Peralta, Bedoya habría gestionado contratos por $2.125 millones en departamentos como Casanare, Meta y La Guajira, bajo la sombrilla de la UNGRD. La declaración de Olmedo López, exdirector de la entidad, puso en evidencia una trama que salpica a congresistas en plena reconfiguración de alianzas políticas.
Viejos respaldos
El nombre de Bedoya no es ajeno al Huila. En pasadas elecciones contó con el respaldo del exrepresentante Amin Losada, quien facilitó su entrada al escenario regional. Hoy, su nueva plataforma política la sostiene en Neiva el concejal Mendoza, figura emergente que se la juega por reposicionar a una senadora que, hasta hace poco, mantenía un perfil casi invisible en el departamento.
Lo polémico no es solo su regreso, sino el momento en que lo hace: en medio de un proceso judicial abierto y con la lupa de la opinión pública sobre la corrupción en el manejo de recursos destinados a atender emergencias. La coincidencia no parece casual, y plantea un interrogante de fondo sobre la manera en que los apoyos políticos se tejen pese a los nubarrones judiciales.
Política y la justicia
Mientras la Corte Suprema avanza en la investigación, Bedoya se reinventa en un territorio que ya conoce, pero en el que no había consolidado mayor presencia. Su estrategia parece clara: blindarse con apoyos locales para no quedar aislada en medio de un escándalo que amenaza con fracturar más de una coalición en Bogotá y en las regiones.
Los círculos políticos de Neiva observan con cautela este retorno. Si bien algunos sectores reconocen en Mendoza un liderazgo creciente, otros critican su decisión de entregarle respaldo a una senadora que enfrenta graves señalamientos judiciales. La apuesta puede significar capital político, pero también un riesgo de arrastrar cuestionamientos a la escena local.
Escándalo que no se apaga
El caso UNGRD se ha convertido en un terremoto político que toca fibras en todo el país. Congresistas investigados, contratos millonarios cuestionados y un ambiente de desconfianza generalizada en la institucionalidad hacen parte del contexto en el que Bedoya aparece nuevamente en el Huila.
La polémica apenas comienza: mientras la justicia avanza, la política local se convierte en escenario de maniobras que buscan sobrevivir al desgaste de la corrupción. Neiva, una vez más, es la plaza donde se miden fuerzas que trascienden lo regional y se conectan con un escándalo de alcance nacional.


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