En medio de sonrisas, recorridos por nuevos espacios y palabras cargadas de emoción, el alcalde de Cali, Alejandro Eder, hizo entrega oficial de la sede Fernando de Aragón de la Institución Educativa Oficial Evaristo García, ubicada en el barrio Primitivo Crespo (Comuna 8).
Con una inversión total de 9000 millones de pesos, de los cuales 4000 fueron gestionados por la Alcaldía de Cali en alianza con el Gobierno Nacional, esta obra representa un nuevo comienzo para más de 160 niñas y niños, que ahora cuentan con una sede moderna, segura y acogedora, después de años de estudiar en condiciones limitadas.
La nueva sede educativa cuenta con aulas modernas y dotadas, auditorio, comedor escolar, cancha múltiple, ascensor para personas con movilidad reducida, biblioteca climatizada, sala de sistemas, zonas verdes y juegos infantiles para preescolar. Es la primera gran entrega dentro de la estrategia ‘Invertir para Crecer’, con la que el gobierno distrital busca transformar la infraestructura educativa de Cali.
“Es un motivo de muchísima, muchísima alegría para los niños, sobre todo porque ellos han sido los que han ambulado en otras sedes educativas que no les ofrecían un espacio de calidad, con cancha, con su restaurante, con todas las condiciones necesarias para que tengan una permanencia de calidad”, comentó César Augusto Castrillón, rector de la Institución Educativa Evaristo García.
Actualmente, la sede Fernando de Aragón alberga unos 160 estudiantes, aunque su capacidad instalada permite atender a más de 250. La meta es que en 2026 este nuevo espacio funcione a su máxima capacidad, dando oportunidad a más niños y niñas de la zona.
“Han sido varios años de insistir, persistir y por fin lo logramos. La comunidad se encuentra muy feliz; los niños muy contentos en su nueva sede educativa, con muchas expectativas para el futuro y esperando que ese acompañamiento que hemos tenido, tanto de la Secretaría y la Alcaldía como del Ministerio de Educación, se mantenga y se sostenga”, agregó el rector Castrillón.
Los estudiantes no ocultaron su entusiasmo
Juan Esteban Jaramillo, uno de los estudiantes beneficiados, compartió cómo fue el cambio. “El salón era muy chiquito, no tenía tantos colores, ya las paredes estaban como degradadas, las sillas eran muy incómodas, no se podía correr y pues no se podía hacer casi nada”, comentó. Hoy su percepción es otra. “Lo que más me gusta del colegio es la cancha, el patio tan grande al que le están poniendo plantas. Acá hay un espacio muy grande, hay mucho aire, hay ventanas y podemos refrescarnos. Hay biblioteca, un salón de tecnología y eso es muy grande. Nunca había visto un colegio así tan grande”, expresó.
Salomé Urbano, otra estudiante, resaltó detalles que ahora valora más. “Esos colores y también esas alertas del incendio. Me gusta mucho el contraste y los colores”, dijo.
Suleymi Flores, estudiante de la institución, recuerda que antes no se podía ni correr. “No podía hacer nada, no había tanto espacio porque la sede era muy chiquita. Solo teníamos un salón prestado y nos quedaba el restaurante cerca. Entonces el que teníamos prestado era el salón de los profesores”, detalla. Ahora su emoción es evidente: “me gusta el segundo piso; obvio, el restaurante; me gustan los salones, la cancha, los colores, el espacio, la organización; la sede es muy colorida, es mucho mejor”, precisa.




