Cali se recupera, generando el control , orden y la legalidad en sus establecimientos comerciales, y con una oferta de rumba y entretenimiento que cumpla con todos los requisitos necesarios, y le ofrezca garantías de seguridad y prevención de riesgos, a sus visitantes, y para tal efecto, funcionarios de Dagma, Secretaría de Seguridad y Justicia acompañados por la Policía Nacional, realizaron un recorrido por una de las principales zonas rosas que, en el sur, ha registrado un continuó flujo de visitantes, y como es la Carrera 66.
En seis establecimientos de rumba, y distribución de licores, este grupo interdisciplinario estuvo, solicitando todos los requisitos para los respectivos funcionamientos, que van desde los certificados de la Cámara de Comercio, hasta los de usos del suelo. Dos de los establecimientos fueron cerrados temporalmente por la falta de algunos de los documentos, exigidos para sus servicios, por parte de las autoridades.
De forma paralela, en este recorrido, se verificaron los niveles de los equipos de sonido, en una zona en la que hay más de 40 sitios abiertos de forma simultánea, y en los cuales no obstante las lluvias en estos días, registraron una gran cantidad de usuarios.
“Los comerciantes deben cumplir con la normatividad ambiental vigente para poder recuperar a Cali, manejar un sonido, con un volumen moderado, para que su establecimiento funcione, acorde a lo estipulado y evitar alteraciones a la comunidad”, señaló Israel Corredor Prieto, coordinador central operativo del Dagma.
“Los decibeles van de acuerdo al sector donde se encuentre ubicado el establecimiento de comercio. Hay sectores residenciales y mixtos, cuando es del primer tipo son 55 decibeles en horario nocturno y 65 en el diurno. Si está en un sector mixto, los decibeles son 60 en el horario nocturno y 70 en el diurno. Lo que hacemos con el Dagma es realizar una visita inicial en la que revisamos unos requerimientos normativos al comerciante, y lo citamos a una capacitación para reforzarle toda la parte ambiental. Es el inicio de un proceso, en el cual si el comerciante no lo adelanta y sigue incumpliendo con el volumen de su establecimiento puede verse ante un cierre de su local”, insistió Israel Corredor.




