El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, intensificó su política comercial con el anuncio de nuevos aranceles de hasta el 100% a los medicamentos importados, además de gravámenes adicionales a camiones de carga pesada y muebles fabricados en el extranjero. La medida, divulgada el jueves en su red Truth Social, representa la acción más agresiva en materia de comercio exterior desde que en abril impuso aranceles recíprocos a prácticamente todos los socios comerciales de EE. UU.
Trump advirtió que, a partir del 1 de octubre, cualquier medicamento de marca o patentado pagará un arancel del 100%, a menos que la empresa que lo produce esté construyendo una planta de manufactura farmacéutica dentro de Estados Unidos. Con ello busca forzar el traslado de la producción al país y reducir la dependencia de cadenas de suministro internacionales.
La medida fue duramente criticada por la Federación Europea de Industrias Farmacéuticas (Efpia), que advirtió que creará “la peor de las situaciones”, ya que elevará los costos, alterará el suministro global e impedirá que los pacientes accedan a tratamientos vitales. No obstante, la Comisión Europea, a través de su portavoz Olof Gill, recordó que el acuerdo comercial firmado en el verano de 2025 entre la UE y EE. UU. protege a los medicamentos europeos de nuevos impuestos superiores al 15%, lo que blindaría gran parte de sus exportaciones frente a la medida de Trump.
En el caso de Australia, país que exportó medicamentos a EE. UU. por un valor estimado en 1.350 millones de dólares en 2024, el ministro de Salud, Mark Butler, consideró que la decisión no es beneficiosa para los consumidores estadounidenses, pues encarecería las importaciones y generaría precios más altos, pese a que Australia compra más productos farmacéuticos a EE. UU. de los que vende.
Además de los fármacos, Trump anunció un arancel adicional del 25% a todos los camiones pesados ensamblados fuera de EE. UU., en un intento por favorecer a fabricantes nacionales como Peterbilt, Kenworth, Freightliner y Mack Trucks. Esto afectó directamente a competidores internacionales como la sueca Volvo y la alemana Daimler, cuyas acciones se desplomaron en las bolsas europeas tras conocerse la noticia.
Finalmente, el presidente también incluyó a los muebles importados dentro de su paquete de nuevas tarifas, reforzando su estrategia de protección a la industria estadounidense.
En conclusión, estas decisiones marcan una nueva escalada en la guerra comercial global impulsada por Trump. Mientras Washington defiende su política como un mecanismo para atraer inversiones y fortalecer la producción nacional, tanto Europa como Australia advierten que los aranceles amenazan con encarecer los precios, interrumpir las cadenas de suministro e impactar a consumidores y pacientes dentro y fuera de Estados Unidos.




