Comunidades de la zona rural de Buenaventura siguen siendo víctimas del conflicto armado

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La creciente confrontación entre el Ejército de Liberación Nacional ELN y el Clan del Golfo en la zona rural del Bajo Calima, en Buenaventura, ha desatado una ola de violencia que golpea a las comunidades locales. Los enfrentamientos han dejado un saldo de homicidios, desapariciones forzadas, confinamientos masivos, reclutamiento forzado de niños, niñas y adolescentes, además de casos de violencia sexual. Frente a esta crisis, la Defensoría del Pueblo, bajo la dirección de Iris Marín Ortiz, entregó un preocupante balance sobre la situación. Según la funcionaria, durante el 2025 se ha intensificado el conflicto armado, afectando especialmente a las comunidades que habían retornado. “La intensificación del conflicto armado durante este año ha provocado que las comunidades retornadas estén viviendo nuevamente la violencia. 40 confinamientos masivos, nuevos desplazamientos como el de las 46 familias de la comunidad La Esperanza, homicidios selectivos, presencia de minas antipersona y artefactos explosivos improvisados, reclutamiento forzado, desapariciones y violencia sexual, entre otros crímenes, estaban advertidos en la alerta 039-2023”, afirmó. Marín Ortiz agregó que los líderes y lideresas sociales enfrentan su labor en medio de amenazas, estigmatización y con una escasa presencia institucional. “Estas comunidades piden garantías para su retorno digno y seguro”, concluyó.


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