El pasado 28 de marzo el Ejército Colombiano llevó a cabo una operación contra grupos armados ilegales en la vereda el Remanso de Puerto Leguízamo, departamento del Putumayo, en el que 11 personas murieron.
Desde entonces la incursión militar ha estado en ojos de la comunidad, quienes ahora denuncian intervenciones, aparentemente sin autorización, por parte de la Fuerza Pública en el Bajo Remanso, donde se encuentran ubicadas algunas comunidades indígenas.
Oscar Daza Gutiérrez, líder Indígena del pueblo Koreguaje y Coordinador de Derechos Humanos de la Organización Nacional de los Pueblos Indígenas de la Amazonía Colombiana (OPIAC), aseguró que por medio de comisiones de verificación han constatado la presencia del ejército dentro de la comunidad.
“Ingresan de manera arbitraria sin ninguna comunicación o diálogo previo de los territorios, lo cual genera cierta preocupación en las comunidades que allí habitan”, informó Daza.
Así mismo, el coordinador da a entender que muchos de los habitantes han recibido señalamientos por parte de los uniformados de ser ayudantes de las estructuras criminales que delinquen en la zona.
“Es casi un confinamiento, las personas no se pueden desplazar a hacer sus actividades diarias. Se sienten intimidados y no tienen tranquilidad. Lo único que se pide es que se genere el diálogo con la comunidad para evitar malentendidos”, finalizó el líder indígena.
Desde la Coordinación de la OPIAC saben que la situación del pasado 28 de marzo generó zozobra en la comunidad y que el Ejército están llevando a cabo sus operaciones para dar con los criminales, pero le están pidiendo a la Fuerza Pública que respeten la libre movilidad de los habitantes del territorio que dependen de diversas actividades.

