En política no hay enemigos eternos, y lo que parecía imposible en el pasado ahora toma forma con absoluta naturalidad. Rodrigo Lara, exalcalde de Neiva y crítico acérrimo de Pedro Suárez, con quien sostuvo profundas diferencias por las irregularidades en el estadio de fútbol caso aún sin resolver y que dejó una cicatriz en la gestión pública de la ciudad hoy parece jugar, aunque en silencio, en el mismo equipo.
El abogado y aspirante a la Cámara de Representantes ha venido construyendo una campaña que, más allá de propuestas, se nutre de alianzas tácticas. Una de las más llamativas es la reciente adhesión del exdiputado Javier Silva, conocido operador político y aliado cercano de Suárez. La presencia de Silva ha encendido las alarmas
¿Aliados?
Los observadores ya hablan de una alianza de supervivencia. Alvis gana proyección con figuras de peso, mientras los viejos rivales encuentran una excusa perfecta para redimirse políticamente sin quedar expuestos. Lo que no queda claro es si este pacto no escrito responde a una estrategia de fondo o a una desesperación por sumar votos a cualquier precio. Lo cierto es que, una vez más, la coherencia ideológica en el Huila se ve doblegada por la urgencia electoral. El oportunismo se impone, las convicciones se disuelven y lo que parecía una contienda de ideas, se convierte en un mercado de favores. La candidatura de Alvis, lejos de fortalecerse con estos apoyos, abre interrogantes incómodos.
