En Grimsby, a unos 300 kilómetros de Londres, se encuentra Park House, un colegio que acoge a algunos de los estudiantes más problemáticos de la región. Conocida como la «escuela de los mala conducta», Park House recibe a jóvenes que han sido expulsados permanentemente o que están al borde de la expulsión de otras instituciones educativas. Sin embargo, a pesar de su reputación, esta escuela está logrando un cambio significativo en la vida de muchos de ellos.
Angela Connell, responsable de aprendizaje, asegura que estos estudiantes no son rebeldes, sino que simplemente necesitan un enfoque diferente para aprender. «Les damos la oportunidad de hacerlo de una manera distinta, con unas instalaciones fantásticas», explica Connell. Gracias a este enfoque, muchos de los alumnos han superado sus dificultades y, con el tiempo, han prosperado.
Los testimonios de los estudiantes muestran el impacto positivo de esta escuela. Summer, una de las alumnas de 14 años, fue expulsada por su comportamiento problemático, pero ahora aspira a estudiar peluquería, algo que considera impensable sin el apoyo de Park House. Destiny, otra estudiante, fue castigada por activar la alarma de incendios en su anterior escuela, pero destaca que la atención más personalizada en Park House le ha permitido avanzar. «Aquí hay menos alumnos y más profesores, lo que nos da más ayuda», dice Destiny.
Brogan, por su parte, llegó a la escuela tras ser excluido repetidamente y tras enfrentarse a constantes conflictos en su clase anterior. Ahora, está comprometido con su futuro, planeando unirse al ejército y continuar con sus estudios.
La escuela también ofrece un espacio donde los estudiantes pueden compartir sus historias. Katelyn, por ejemplo, explica cómo comenzó a faltar a clase y se atrasó en sus estudios, mientras que Talisha recuerda cómo su comportamiento rebelde surgió como resultado de sentirse ignorada por los maestros en su escuela anterior. Ambas coinciden en que, en Park House, se sienten más apoyadas.
En la región de North East Lincolnshire, donde se encuentra Park House, un informe reveló que en 2022-23, 23 estudiantes fueron suspendidos y 55 fueron expulsados, muchos de ellos con necesidades educativas especiales o discapacidades. Estos datos reflejan la necesidad de enfoques más inclusivos y personalizados en la educación.


