El acné es una enfermedad que se produce cuando los folículos pilosos bajo la piel se obstruyen, formando las antiestéticas espinillas o granos. Aunque es habitual creer que esto se debe a la suciedad, una piel limpia también puede sufrir acné, ya que hay diversos factores implicados en su aparición.
CÓMO PREVENIR EL ACNÉ
Por otra parte, el exceso de grasa en la piel que puede conducir al acné en ocasiones está causado por las propias rutinas que utilizamos para cuidarla: por ello, las cremas grasas deben evitarse de manera preventiva.
El maquillaje también puede producir acné si sus componentes no son adecuados para nuestra piel o si no está en buen estado, de ahí la importancia de respetar la fecha de consumo preferente indicada para estos productos.
En cuanto al sol, que suele considerarse beneficioso para el acné, puede en realidad agravarlo. El bronceado puede generar un efecto rebote al aumentar la producción de sebo para reparar la piel tras la exposición al sol.
TRATAMIENTO PARA EL ACNÉ
La forma de tratamiento para el acné más adecuada dependerá de la intensidad del brote. Hay que acudir al dermatólogo para que prescriba el mejor tratamiento.
*Cremas para el acné. En sus formas leves lo ideal es aplicar una crema sobre la zona afectada.
*Pastillas para el acné. Si el brote persiste, se combinan estos productos con fármacos orales. Estos pueden trabajar sobre la infección bacteriana (antibióticos) o bien sobre la alteración hormonal.
*Isotretinoína. Si la gravedad aumenta, se utiliza isotretinoína, un fármaco que tiene efectos antiinflamatorios, inhibe las bacterias que causan el acné y además disminuye la producción de sebo.




