¿Cómo planean las grandes tecnológicas alimentar el voraz apetito energético de la inteligencia artificial?

[responsivevoice_button voice="Spanish Latin American Male" buttontext="Escuchar Noticia"]
Compartir en

Una revolución digital con pies de barro… eléctricos

Alphabet, Amazon, Microsoft y Meta se enfrentan a una barrera inesperada en su carrera por liderar la inteligencia artificial: la electricidad. El desarrollo acelerado de modelos cada vez más complejos ha disparado la demanda energética a niveles insostenibles con la infraestructura actual. Y no es solo una cuestión de costo: transformadores, chips y terrenos para nuevos centros de datos se están convirtiendo en bienes escasos.

Inversiones gigantescas, pero ¿suficientes?

Los «hiperescaladores» tecnológicos están invirtiendo cifras astronómicas. Solo en 2025 se proyectan más de USD 85 mil millones en infraestructura, un salto significativo frente a los USD 125 mil millones acumulados en 2021. Alphabet lidera esta expansión, y Microsoft, Meta y Amazon le siguen de cerca.

Pero el problema no es solo construir: es energizar. En 2023, los centros de datos de EE. UU. consumieron 176 TWh de electricidad. Para 2028, podrían requerir hasta 580 TWh, casi el 12 % del consumo total del país.

Más allá de Silicon Valley: nuevos territorios y nuevas alianzas

Los tradicionales polos tecnológicos como Virginia del Norte ya están saturados. Las empresas están trasladando sus operaciones a lugares más remotos o incluso subcontratando capacidad. Microsoft, por ejemplo, firmó un contrato de USD 10 mil millones con CoreWeave, y Google ha hecho lo mismo para mitigar cuellos de botella.

Fuentes alternativas: nuclear, hidrógeno, geotermia… ¿y espacio?

  • Google está construyendo un proyecto hidroeléctrico de USD 3 mil millones en Pensilvania.
  • Amazon Web Services intentó conectar un centro de datos a una planta nuclear privada.
  • Microsoft está experimentando con pilas de hidrógeno como respaldo energético local.
  • Alphabet y otras invierten en reactores modulares nucleares y tecnologías geotérmicas.

Pero una idea aún más futurista está ganando atención: centros de datos orbitales. Proyectos piloto —como el de Microsoft con Loft Orbital y una startup japonesa llamada Exotrail— buscan enviar servidores al espacio, donde pueden operar con energía solar constante, refrigeración natural (vacío espacial) y sin restricciones de suelo o ruido. Aunque todavía en fase experimental, se estima que el primer clúster funcional podría estar operativo en la próxima década.

Centros flexibles, redes más inteligentes

Otro enfoque clave es la flexibilidad operativa. Muchas empresas están adaptando sus centros para que se sincronicen con los picos y valles de la red eléctrica. Al consumir más en las horas de menor demanda y menos en los picos, pueden negociar prioridad de acceso e incluso incentivos. La startup xAI, de Elon Musk, ya está haciendo esto en Tennessee.

Escalar globalmente (con cuidado)

Empresas tecnológicas también están mirando más allá de EE. UU. España, los países del Golfo y Malasia han ofrecido incentivos energéticos y fiscales, aunque en algunos casos —como Malasia— nuevas tasas podrían encarecer la operación.

Pero no todo es expansión sin riesgos. El llamado “Proyecto Stargate”, una alianza entre OpenAI, Oracle y SoftBank, busca crear una megaestructura de IA en una zona aún no definida. Los desafíos logísticos, ambientales y energéticos son tan grandes que muchos temen que el proyecto se convierta en un «elefante blanco» tecnológico si la demanda futura no compensa la inversión.


Compartir en

Te Puede Interesar