Cómo no ser “lambón” en el trabajo

[responsivevoice_button voice="Spanish Latin American Male" buttontext="Escuchar Noticia"]
Compartir en

En cualquier entorno profesional, la palabra «lambón» suele hacer referencia a aquellos compañeros que constantemente buscan agradar a los superiores de manera exagerada, con la única intención de ganar favores o ascensos. Aunque algunos pueden pensar que este tipo de actitudes son necesarias para avanzar, es importante reflexionar sobre cómo esta forma de relacionarse en el trabajo no solo puede ser perjudicial para nuestra reputación, sino también para nuestra autoestima y el ambiente laboral en general.

Lo primero que debemos entender es que no necesitamos caer en la adulación o la exageración para destacar. Ser genuinos, comprometidos y trabajar con integridad son cualidades que, a largo plazo, nos brindan mejores oportunidades de crecimiento profesional. Aquí te dejo algunas pautas sobre cómo evitar caer en esa trampa de querer agradar de manera desmedida, y cómo, en cambio, construir relaciones auténticas en el trabajo:

1. Respeta los límites entre la cortesía y la adulación.
Ser amable, mostrar respeto y ofrecer un reconocimiento genuino cuando es necesario no está mal, pero hacerlo de manera constante y en exceso puede resultar falso. El objetivo no es buscar siempre el «sí» de los demás, sino ser objetivo y honesto con tus opiniones. Un cumplido genuino es valioso, pero cuando se repite demasiado, pierde peso y parece forzado.

2. Reconoce tu valor sin buscar validación constante.
Es fácil caer en la tentación de buscar la aprobación de los superiores o compañeros constantemente. Sin embargo, ser capaz de reconocer tu propio esfuerzo y logros es lo que realmente genera confianza en ti mismo. No se trata de esperar siempre un reconocimiento externo, sino de saber cuándo es el momento de mostrar lo que haces bien, sin recurrir a la alabanza vacía.

3. Cultiva relaciones basadas en el respeto mutuo, no en intereses.
Las relaciones laborales más duraderas y saludables son las que se basan en el respeto mutuo y la cooperación genuina. Evita crear vínculos solo con el propósito de obtener algo a cambio. Si colaboras con tus compañeros, los valores de trabajo en equipo y el apoyo mutuo florecerán de forma natural, sin necesidad de manipular situaciones para tu beneficio.

4. Aprende a recibir críticas constructivas.
Parte de la evolución profesional es aprender de los errores. Los «lambones» a menudo evitan recibir críticas o se sienten atacados cuando se les cuestiona, ya que su objetivo es siempre quedar bien. Aceptar las críticas de manera constructiva, sin tomarlo como un ataque personal, es esencial para el crecimiento profesional y para ser percibido como un profesional maduro.

5. Haz tu trabajo con integridad, no con fines de agradar.
En lugar de centrarte en impresionar a los demás, céntrate en hacer bien tu trabajo. La honestidad y el compromiso son mucho más valorados a largo plazo que cualquier intento de quedar bien a través de un comportamiento artificial. Ser capaz de trabajar de manera eficiente, respetuosa y responsable te convertirá en un miembro valioso de cualquier equipo, sin necesidad de recurrir a la “lambonería”.

6. Evita la competencia destructiva.
El deseo de ser el favorito del jefe o de recibir más reconocimiento puede generar una competencia poco saludable entre colegas. En lugar de competir, es más efectivo colaborar y aprender unos de otros. La cooperación crea un ambiente más positivo, donde todos tienen la oportunidad de crecer sin tener que despojar a otros para brillar.


Compartir en