¿Cómo la moneda colombiana se ha convertido en una de las más fuertes en América Latina?

Las monedas de Colombia y México han vivido hasta ahora un 2023 extraordinario.
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El peso colombiano no ha parado de ganar valor frente al dólar hasta posicionarse en las clasificaciones financieras como las monedas más fuertes de entre las principales economías de América Latina en lo que va de año.

Desde el 14 de agosto, según los datos de la agencia Bloomberg, el peso colombiano alcanzaba un valor de 3.963 pesos por dólar y se había revalorizado un 19%. Los pesos colombiano y mexicano ocupan la primera y segunda posición respectivamente en el índice de Bloomberg, uno de los más utilizados para medir el rendimiento de las monedas de los países emergentes.

La subida de los tipos de interés en todo el mundo, sobre todo los establecidos por la Reserva Federal de Estados Unidos, han sido el principal. Colombia se ha visto favorecida por la mejora de las expectativas de la economía mundial. Si a comienzos de año, muchos analistas pronosticaban que caería en recesión por la presión de los bancos centrales para contener la inflación, ese temor se está disipando en los mercados.

Esto ha redundado en un aumento de los precios del petróleo, materia prima que Colombia exporta y por la que reciben gran cantidad de dólares, cuya llegada contribuye a rebajar el tipo de cambio. Sin embargo, el comportamiento de la moneda colombiana ha obedecido también a factores internos y, aunque haya seguido una trayectoria al alza similar, responde a circunstancias y aspectos económicos distintos.

Por qué ha subido tanto el peso colombiano

Los fundamentos que explican el despegue del peso colombiano parecen menos sólidos y más coyunturales. Los analistas señalan que la pronunciada recuperación del peso colombiano se debe en gran medida a la gran caída que había acumulado en el periodo anterior.

Oliveros-Rosen recuerda que “fue una de las monedas que más se desplomó por la pandemia de covid y todavía no ha recuperado su valor de entonces”.

El peso colombiano ha sido tradicionalmente muy sensible a las fluctuaciones del dólar. Por eso su cotización suele caer en momentos de fortaleza de la divisa estadounidense y a la inversa.

Por qué una moneda fuerte no siempre es alentadora

En muchos países de América Latina sigue vivo el recuerdo de crisis financieras que llevaron a una pérdida drástica de valor de sus monedas. Fue lo que ocurrió en Argentina con el “corralito” de 2001, o en el mismo México con la conocida como “crisis tequila” de 1994.

Por eso en gran parte de la opinión pública está extendida la creencia de que cuanto más valga la moneda del país, mejor. Efectivamente, la solidez de la moneda implica beneficios como la protección del valor de los ahorros denominados en esa moneda. Si ahorras en pesos, y el peso se mantiene o sube, tus ahorros valen lo mismo o más.

Hay otros beneficios, como el hecho de que una moneda fuerte permite a un país importar a un precio más económico. Al resultar las materias primas importadas más baratas, el precio final que pagan los consumidores se contiene, por lo que una moneda fuerte actúa también como freno a la inflación, fenómeno cuya escalada más ha preocupado a economistas, gobernantes y familias en todo el mundo en el último año y medio.


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