La lengua de suegra, conocida científicamente como Sansevieria o Dracaena trifasciata, es una de las plantas de interior más populares por su resistencia y fácil mantenimiento. Sin embargo, si deseas que crezca fuerte, con hojas erguidas y un verde vibrante, es clave ofrecerle los cuidados adecuados. A continuación, te explicamos cómo lograrlo.
Dale la luz que necesita
Aunque la lengua de suegra puede sobrevivir en rincones con poca luz, su crecimiento se verá limitado. Para que se desarrolle bien, lo mejor es ubicarla en un espacio con luz indirecta brillante. Cerca de una ventana con cortina translúcida es ideal. Evita el sol directo por muchas horas, ya que podría quemar sus hojas.
Riego: menos es más
Uno de los errores más comunes es regar en exceso. Esta planta almacena agua en sus hojas, por lo que tolera la sequía mejor que el encharcamiento. Riega únicamente cuando el sustrato esté completamente seco. En climas cálidos, suele necesitar agua cada 10 a 15 días. Durante el invierno, una vez al mes será suficiente.
Asegúrate de que la maceta tenga buen drenaje para evitar la pudrición de raíces.
Usa el sustrato y la maceta adecuados
El sustrato debe ser ligero y permitir un buen flujo de aire. Una mezcla ideal sería:
- 50% tierra negra
- 30% perlita o arena gruesa
- 20% fibra de coco o turba
Opta por una maceta con orificios en la base y de tamaño proporcional a la planta.
Temperatura y humedad controladas
La lengua de suegra prefiere ambientes cálidos entre 18 °C y 30 °C. No soporta bien el frío ni los cambios bruscos de temperatura. Mantenla alejada de corrientes de aire y evita colocarla cerca de calefactores o aires acondicionados.
Fertilizante sí, pero con moderación
En primavera y verano, puedes usar un fertilizante líquido para suculentas cada 2 o 3 meses. Esto estimulará su crecimiento. Evita abonar en otoño e invierno, cuando la planta entra en reposo.
Podar y limpiar también ayuda
Elimina las hojas secas o dañadas para darle espacio a nuevos brotes. Además, limpia el polvo de sus hojas con un paño húmedo para favorecer la fotosíntesis.
Vigila plagas y enfermedades
Aunque es resistente, puede sufrir por cochinillas o ácaros. Si notas manchas o una textura pegajosa, limpia con agua jabonosa o aceite de neem. Si las hojas se ponen blandas o amarillas, revisa el drenaje y el riego.
Conclusión
Cuidar una lengua de suegra no requiere experiencia previa, pero sí atención a detalles clave como la luz, el riego y el sustrato. Con estos cuidados, tu planta crecerá vigorosa, decorará tu hogar y purificará el aire de forma natural.




