Recordemos que el Acuerdo de Paz entre las dos partes tiene un plazo de 15 años para dar el cumplimiento del 100% de sus puntos. En ese sentido, prácticamente al cumplirse la mitad del plazo asignado, el Secretario General de la ONU, António Guterres, resaltó que el primer año de gobierno del presidente Gustavo Petro “brindó la oportunidad de renovar los compromisos adquiridos en el Acuerdo y de emprender acciones decisivas para cumplir esas promesas”.
Además, señala que este año también ha servido para poner en marcha otras ambiciosas iniciativas en el marco de la política de paz total del actual gobierno.

Una vez presentado el informe al Consejo de Seguridad de la ONU, el jefe de la Misión celebró el anuncio de un cese al fuego bilateral entre el gobierno colombiano y la disidencia de las FARC, además de otras medidas que buscan una paz duradera.
Al respecto, el representante especial del secretario general y jefe de la misión de verificación de las ONU en Colombia, Carlos Ruiz Massieu, dijo que los diálogos de paz entre el Gobierno y el Estado Mayor Central FARC-EP van por buen camino. “Las partes anunciaron el pasado fin de semana una suspensión de acciones ofensivas entre sí, y su intención de establecer una mesa de diálogos de paz junto con la entrada en vigor de un cese al fuego bilateral a partir del 16 de octubre”, resaltó.
Acuerdo de paz en Tibú
A partir de la firma del acuerdo de paz en 2016 hasta la fecha, se han presentado hechos violentos que ponen en tela de juicio los diálogos y acciones de paz.
En ese sentido, entre el 27 de junio y el 30 de agosto de 2023, se reportaron más de 8550 personas desplazadas y 27.183 confinadas, para alcanzar un total de 87.098 personas afectadas en lo que va del año, una reducción del 31% en comparación con el mismo periodo de 2022.
En concreto, las regiones del nororiente y el sur occidente del país han sido las más afectadas por décadas. Aunque en 2016 se logró desmovilizar a la guerrilla más grande de Colombia, muchas disidencias decidieron continuar por el camino de la violencia.
Sin embargo, un hecho sin precedentes da luz verde al proceso de paz en Colombia, pues en los últimos días, estos disidentes podrían estar dando un paso histórico hacia el acuerdo de paz en Tibú, Norte de Santander, donde se establecieron mesas de diálogo para la confirmación del cese al fuego bilateral y el camino hacia la reconciliación.
En cuanto a la otra parte negociante, el Estado Mayor Central ha estado liderado por alias ‘Iván Mordisco’, cuya presencia en zonas estratégicas como Arauca, Meta, Guaviare y Putumayo le permite tener control sobre varias rutas de narcotráfico en la región hacia el exterior.
Al respecto, el presidente Petro, quien ha sido un defensor del acuerdo de paz, expresó que «Colombia hoy espera dar un mensaje de paz desde el interior mismo de nuestra sociedad. No podemos lanzar un mensaje coherente de paz al mundo si nos enfrentamos entre nosotros. Una Colombia en paz será una potencia mundial de la vida«.

En definitiva, este es un momento histórico en la búsqueda de la paz en Colombia, y la nación se mantiene expectante ante la posibilidad de un futuro más pacífico y próspero.
¿Qué nos queda por mejorar?
No obstante, Guterres subrayó que todavía quedan por cumplirse los compromisos del Estado con las víctimas y las comunidades vulnerables, por lo que se deben redoblar los esfuerzos en ese sentido.
Muy importante resaltar que, hace falta aumentar la presencia del Estado en todos los territorios, apuntó el titular de la ONU, agregando que se trata de “una responsabilidad y una forma de demostrar voluntad política y fortalecer la legitimidad del Estado”.
Un claro ejemplo, son los recientes progresos en las negociaciones entre el gobierno y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), los cuales reflejan “la determinación de ambas partes de poner fin a décadas de conflicto”.
Otro punto a mejorar, son los trabajos en conjunto para acelerar la implementación de la reforma rural integral, y se recuerda que la entrega de tierras y el apoyo a la producción a campesinos sin tierra, mujeres y víctimas es fundamental para materializar estos esfuerzos.
Para llevar adelante esta iniciativa, António Guterres llamó al sector privado, al campesinado y a todos los demás actores involucrados a dar prioridad al diálogo como instrumento principal para fomentar el progreso y alcanzar objetivos comunes.




