El cometa 3I/ATLAS, tercer objeto interestelar confirmado en ingresar al sistema solar, volvió a ser protagonista de la discusión científica. Una nueva teoría, aunque considerada poco probable, plantea que este cuerpo celeste habría depositado moléculas reactivo-orgánicas sobre Marte, alterando algunas capas de su atmósfera y generando un escenario de “terraformación accidental”.
Este concepto se utiliza en la ciencia para describir transformaciones inesperadas provocadas por la interacción entre cuerpos celestes y ambientes planetarios. Según modelos preliminares, el paso del cometa pudo haber detonado procesos iniciales que, con el tiempo y bajo condiciones adecuadas, favorecerían la aparición de organismos complejos.
La ciencia pide cautela
Ante un planteamiento tan llamativo, los investigadores mantienen la prudencia. Los análisis aún están en curso y el propio equipo ha recalcado que los efectos observados no son concluyentes. Se trata de una hipótesis sin validar, que requiere más estudios y comprobaciones. En otras palabras, la idea suena espectacular, pero todavía está lejos de convertirse en una certeza científica.
Un cometa químicamente inusual
El corazón de la teoría está en la composición del cometa. Los análisis espectroscópicos revelan una mezcla poco habitual: dióxido de carbono, agua, cianuro y una aleación de níquel nunca antes detectada en la naturaleza. Este desequilibrio elemental, con abundancia de níquel y escasez de hierro, rompe los patrones conocidos de los cometas del sistema solar y lo convierte en un “bicho raro” cósmico.
Un fósil interestelar
La rareza de 3I/ATLAS no termina en su química. Investigaciones recientes sugieren que podría tener más de 7.000 millones de años, lo que lo convertiría en un fragmento anterior a la formación del sistema solar. En ese sentido, se trataría de un auténtico “fósil interestelar” que trae consigo pistas sobre condiciones químicas que ya no existen en nuestro vecindario cósmico.
Conclusión
Aunque la teoría de que el cometa 3I/ATLAS haya iniciado procesos de vida inteligente en Marte es altamente especulativa, su composición inédita y su antigüedad lo mantienen en el centro del debate científico. Por ahora, más que una respuesta definitiva, este objeto interestelar representa una gran pregunta sobre cómo los cuerpos celestes pueden alterar ambientes planetarios y abrir nuevas perspectivas en la búsqueda de vida fuera de la Tierra.



