San Victorino, símbolo del comercio popular en Bogotá, ya no recibe el mismo flujo de compradores. Más de 11.000 pequeños empresarios enfrentan bajas ventas, despidos y un futuro incierto. El auge de plataformas como Temu, AliExpress y Shein representa una competencia feroz. Comercio local en crisis: llegada de Temu y Shein golpea a San Victorino y centros comerciales.
Esos gigantes digitales venden productos más baratos y entran al país sin pagar IVA ni aranceles gracias a la figura “minimis”, que permite importaciones menores a 200 dólares libres de impuestos. Esta ventaja desequilibra el mercado y pone en jaque al comerciante tradicional.
Fenalco calcula las pérdidas en más de 3 billones de pesos anuales por contrabando y paqueteo. Los afectados insisten en que el Estado debe frenar este fenómeno que destruye empleos y arrastra al comercio formal.
Caen las ventas y cierran empleos en centros comerciales tradicionales
Mauricio Alarcón, gerente del centro comercial Gran San, denunció que muchos negocios bajaron persianas y despidieron trabajadores. “No podemos competir con plataformas que venden sin pagar impuestos. Mientras nosotros cumplimos con la ley, otros entran con ventaja”, aseguró.

La Cámara Colombiana de Comercio Electrónico también se sumó al llamado. Su presidenta, María Fernanda Quiñones, pidió una reforma urgente: “Hay una competencia desleal que pone en riesgo el desarrollo del ecosistema empresarial colombiano”.
Las tiendas físicas han perdido terreno en favor de las compras en línea. Para enfrentar esta crisis, Alarcón propone campañas para promover el consumo de productos nacionales y ajustar la legislación para evitar más cierres.
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Piden regular el ecommerce y bajar aranceles; Comercio local en crisis: llegada de Temu y Shein golpea a San Victorino y centros comerciales
Jaime Alberto Cabal, presidente de Fenalco, advirtió que la mala interpretación del TLC permite triangulación desde EE. UU. con productos chinos que burlan impuestos. “El Gobierno debe actuar. La Dian tiene que limitar estos abusos”, reclamó.
Además, propuso reducir los aranceles del 40 % al 15 % para evitar que el contrabando aumente. “Pensaron que subir aranceles impulsaría la industria nacional, pero pasó lo contrario: caímos en producción y aumentó el comercio ilegal”, explicó Cabal.
San Victorino aún tiene cartas por jugar. Eventos como el madrugón o el trasnochón, en temporada decembrina, siguen atrayendo multitudes. Pero sin apoyo estatal, tradición no basta para sobrevivir en un mercado digital sin reglas claras.




