Al salir de la zona urbana de Santiago de Cali, la carretera se aleja del bullicio para deleitarnos con paisajes llenos de vegetación, rodeados por el río y las montañas de los Farallones. Este camino nos lleva al comedor comunitario ‘La Batea’, ubicado en el corregimiento de Pance.
‘La Batea’ es uno de los 44 comedores que existen en la zona rural de Cali. Situado en un lugar privilegiado por su clima, el río y la vegetación, este comedor tiene como gestora a la señora Nancy Botero Ovando. Ella ha sorprendido a todos con su gran sazón, carisma, sentido de solidaridad y amor por su comunidad.
“Pienso que uno nace con ese sentido de servir a los demás. Llevo 3 años como gestora del comedor y me motiva saber que puedo aportar un granito de arena para mi comunidad que vive lejos de la ciudad”, dice doña Nancy mientras atiende a sus comensales.
“Lo más importante es hacer lo que te hace feliz, y a mí me llena de satisfacción ver las caritas de alegría de los adultos mayores, los niños y todos los beneficiarios que tienen tantas necesidades en nuestro corregimiento”, agregó la gestora.
Contar con un comedor comunitario en este apartado lugar ha sido una bendición para alrededor de 70 personas, entre las cuales se encuentran los niños y jóvenes del colegio cercano, adultos mayores y personas en situación de discapacidad, quienes de lunes a viernes reciben un delicioso almuerzo.
Por su parte, Melisa Osorio Zapata, beneficiaria del comedor, expresó que «es una gran ayuda para la vereda de San Francisco en el corregimiento de Pueblo Pance, porque tenemos la oportunidad de comer saludable toda la familia, realmente es un gran aporte que le hacen a la comunidad y me siento agradecida».
Esta labor no sería posible sin la ayuda de la Alcaldía de Cali y la Arquidiócesis. A pesar de estar en la zona rural, ellos no se olvidan de nosotros. Cada 15 días nos entregan insumos de calidad y, sobre todo, nos brindan atención psicosocial y nos visitan con una oferta de servicios para nuestra comunidad», concluye doña Nancy.
Es así como en el corregimiento de Pance, los comedores comunitarios se han convertido en un pilar fundamental para combatir el hambre y fortalecer el tejido social.
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