El 29 de julio de 2001 es una fecha que quedó inmortalizada para todo buen futbolero y fanático del fútbol en nuestro país, la noche en que la Selección Colombia se coronó campeona de la Copa América al superar en una sufrida y peleada final ante México. Casi 23 años después, Colombia nuevamente nos ilusiona con lograr algo grande e histórico en nuestro continente y es por fin conseguir un título para una de las generaciones doradas del fútbol colombiano.
Desde los que ya no están como Mario Alberto Yepes, pasando por los líderes que se mantienen como James Rodríguez y por los que ya no están como Radamel Falcao, ahora con los nuevos emergentes caso Richard Ríos, por dar tres nombres, se resumen dos décadas y media de fútbol, de derrotas, de duras caídas, de fuertes lecciones, de caer, pero también de volver a intentarlo, de volver a poner el pecho a la brisa y ahora se vuelve a ilusionar con algo grande, con la Copa, porque los colombianos antes muertos que dejar de soñar. Como colombianos, nuestras victorias futbolísticas están llenas de derrotas, de sin sabores, de amarguras y tristezas, pero así se disfruta más la miel del triunfo, por eso, en esta oportunidad, gran parte del país confía en que sí se puede, nos volvimos a ilusionar con ganar la segunda Copa América y que, de la mano de James, Lucho y compañía, podremos traer la copa a casa.
Esta generación de grandes jugadores que se han encargado de darnos grandes alegrías y se han encargado de dejar en alto el nombre del fútbol colombiano a nivel internacional se merece una Copa, se merece un título, como una justicia divina que, si bien en el futbol no existe como tal, deberemos persistir, insistir y no desistir en la búsqueda de la tan ansiada Copa América, esta generación no se puede ir sin un título, la vida y el fútbol nos lo debe.
¿Y si esta ocasión no es? No importará, porque sabemos bien lo que es perder, por esa razón, cuando nos llegue el turno de ganar, será nuestra oportunidad para disfrutar la victoria y gritar campeón, algo que llevamos callado y sin poder desahogar dicho grito durante 23 años, 23 largos años.
Ahora, en este 2024, la Copa América definirá al campeón el domingo 14 de julio y desde aquel 29 de julio de 2001 hasta el próximo 14 de julio habrán pasado ya 8386 días que como colombianos esperamos llegar a la final y poder romper esa larga sequía para coronarnos como los campeones de América, algo que, apelando a la justicia divina, Colombia se merece y lleva años en búsqueda de esa gran alegría.




