Columna de opinión: Sentirnos vivos

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En los ires y venires de la vida, en el intenso día a día y el vaivén que nos mueve en la actualidad a la humanidad y sociedad como tal, consideró que muchas veces nos hace falta tomarnos un espacio, un minuto, para respirar y apreciar la belleza de la vida en los momentos buenos y en los momentos malos de ella. Porque la vida no sólo es bella cuando todo marcha en orden, sino también cuando sorteamos y afrontamos lo indescifrable que trae nuestro camino con sus obstáculos, dificultades, problemas y demás situaciones que también son parte de la vida y que también nos hacen sentir vivos, porque la tristeza, la desdicha y el dolor hacen parte de la vida, pero también el continuar adelante con nuestros objetivos, metas, ilusiones y esperanzas de conseguir cosas grandes, de vivir momentos felices, de ser mejor persona, de ser mejor que el día de ayer, porque al final somos los arquitectos de nuestro propino destino. Ya lo dice el poemario Elevación de Amado Nervo, en el poema ‘En Paz’, “Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, vida, porque nunca me diste ni esperanza fallida, ni trabajos injustos, ni pena inmerecida; porque veo al final de mi rudo camino que yo fui el arquitecto de mi propio destino; que si extraje las mieles o la hiel de las cosas, fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas: cuando planté rosales, coseché siempre rosas…Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno: ¡más tú no me dijiste que mayo fuese eterno! Hallé sin duda largas las noches de mis penas; mas no me prometiste tan sólo noches buenas; y en cambio tuve algunas santamente serenas… Amé, fui amado, el sol acarició mi faz. ¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!”. Este escrito me recuerda que, sin duda alguna, todos tenemos en nuestras manos y en el poder de decisión la guía y la ruta de como llevamos la vida, el cómo recibimos los problemas y los transformamos en oportunidades o los momentos de tristeza de los cuales nos hacemos más fuertes y sacamos ese amor y fortaleza interna que todos llevamos para seguir adelante, y que justamente en ese momento de felicidad o tristeza, debemos parar para sentirnos vivos, sentirnos en paz, porque al final de cuentas, la vida es una mezcla de aciertos y desaciertos, de momentos buenos y malos, de victorias y derrotas, es un ir y venir de alegrías y tristezas.


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