Colombia pierde terreno frente a América Latina por baja inversión, incertidumbre y riesgo fiscal

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Un informe de Corficolombiana advierte que, mientras países como Brasil, Chile y Perú consolidan un crecimiento económico con estabilidad fiscal, Colombia enfrenta un rezago marcado por tres factores principales: inversión estancada, deterioro institucional y fragilidad fiscal. Estas debilidades explican por qué su economía crece menos que la de sus pares en la región.

Aunque el consumo privado sostiene la economía, su dinámica proviene en gran medida de remesas y sectores de bajo impacto productivo que no generan encadenamientos económicos sólidos. Además, economías informales e ilegales aportan al crecimiento, pero erosionan la base formal del desarrollo.

La inversión fija en Colombia está hoy muy por debajo del promedio regional. Se estima que, de haber seguido la tendencia de crecimiento en inversión de América Latina, el país podría tener hoy un 19 % más de inversión que la actual, lo que reduce su capacidad de expansión productiva.

A esto se suma la caída de la inversión privada, que en 2023 cayó un 7,7 %, y la inversión extranjera se concentró en sectores extractivos sin diversificación a manufacturas o servicios avanzados. El nivel de inversión, en promedio del PIB, cayó del 22 % en 2014 al 18,5 % en 2023, muy lejos del umbral del 24 % considerado clave para un crecimiento sostenible del 4 % anual.

La incertidumbre institucional se traduce en inseguridad jurídica y mensajes regulatorios erráticos. El país aprobó miles de proyectos de ley en pocos años y reemplazó constantemente ministros, lo que complica la planificación empresarial y desalienta la inversión privada.

El entorno fiscal también es preocupante. El déficit proyectado para 2025 alcanza el 7,1 % del PIB, con una deuda pública que supera el 63 %, lo cual generó rebajas en las calificaciones crediticias por parte de calificadoras internacionales. Esto eleva la prima de riesgo y encarece el financiamiento, comprometiendo recursos que podrían destinarse a inversiones productivas. Al no cumplirse la regla fiscal, Fitch pasó la perspectiva del país de estable a negativa, y se estima que recuperar el grado de inversión tomaría una década, como en ocasiones anteriores.

La inflación se mantiene por encima del rango meta del Banco de la República y la política monetaria es más restrictiva que en países vecinos. Esto limita la absorción del gasto público y frena la competitividad frente a economías que manejan mejores condiciones macroeconómicas.

Según BBVA Research, consumo e ingresos externos por remesas y turismo mantienen cierta estabilidad, pero el déficit fiscal alto, la baja productividad y el entorno financiero adverso representan factores estructurales que sostienen un escenario de bajo crecimiento económico potencial.


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