La Selección Colombia cerró con autoridad su compromiso amistoso al derrotar 3–0 a Australia en un partido donde el equipo nacional mostró solidez, paciencia y un cierre demoledor. El encuentro, disputado ayer, dejó ver a una Colombia dominante en posesión, ordenada en defensa y contundente en los momentos clave.
El combinado cafetero inició el juego con un onceno que reflejó equilibrio entre experiencia y juventud: Camilo Vargas en el arco; Johan Mojica, Santiago Arias, Dávinson Sánchez y Jhon Lucumí en la línea defensiva; Juan Portilla y Richard Ríos como dupla en la zona de recuperación; James Rodríguez encargado de la creación; y un tridente ofensivo conformado por Luis Fernando Díaz, Luis Javier Suárez y Yáser Asprilla.
Durante el primer tiempo, Colombia controló los tiempos pero le faltó precisión en el último pase. James Rodríguez, quien asumió el rol de conductor desde el minuto inicial, comandó los avances y probó en varias ocasiones desde media distancia, obligando al cuadro oceánico a replegarse en su propia área.
La superioridad colombiana se tradujo en el marcador durante la segunda mitad, cuando una mano en el área derivó en penal. James Rodríguez tomó la responsabilidad y, con frialdad absoluta, convirtió al minuto 76, abriendo el camino hacia la victoria y levantando el ambiente en las tribunas.
Australia intentó reaccionar, pero la presión alta de Colombia le cerró todos los caminos. Ya en el minuto 89, Luis Fernando Díaz encontró un espacio dentro del área y definió con potencia para el 2–0, celebrando un gol que hizo justicia al esfuerzo ofensivo demostrado por el equipo durante todo el encuentro.
El golpe final llegó en el tiempo añadido, cuando Jefferson Lerma, recién ingresado, aprovechó un rebote tras un tiro de esquina y envió el balón al fondo al 90+3’. El tercer tanto confirmó el dominio colombiano y selló una presentación convincente de la selección.
Con este triunfo, Colombia no solo mantiene su buena racha, sino que también fortalece la confianza del grupo en vísperas de próximos compromisos oficiales. La mezcla de seguridad defensiva, claridad en el mediocampo y pegada en ataque dejó sensaciones positivas y un mensaje claro: la Tricolor sigue creciendo y quiere más.
