El incremento del nivel de riesgo en el espacio aéreo de Venezuela, advertido recientemente por Estados Unidos mediante un NOTAM, encendió señales de alerta en Colombia. De acuerdo con Sergio París, exdirector de la Aerocivil, la decisión podría irradiarse a toda la región debido al peso regulatorio estadounidense, afectando desde vuelos comerciales hasta operaciones humanitarias.
París explicó que este tipo de advertencias suelen generar ajustes operativos por parte de aerolíneas internacionales, entre ellas Copa Airlines —la de mayor operación hacia Maiquetía— y compañías como TAP o LATAM. Si estas optan por reducir o suspender servicios, se podría romper la frágil recuperación de la conectividad con Venezuela y colocar a Colombia en riesgo de aislamiento parcial, tanto para pasajeros como para carga y misiones humanitarias.
El exdirector advirtió que un escenario adverso trasladaría presión a los pasos fronterizos terrestres, donde la infraestructura es insuficiente para absorber incrementos de viajeros. Situaciones similares se han visto en crisis internacionales, recordó, cuando cierres aéreos obligaron a redirigir flujos masivos hacia puntos limítrofes.
La interrupción de vuelos de carga y misiones humanitarias preocupa especialmente a París, pues cortar el puente aéreo que moviliza medicamentos y suministros esenciales tendría efectos sensibles para ambos países. Aunque parte de la operación puede gestionarse con coordinación previa, una suspensión prolongada pondría en riesgo la cadena logística.
Ante esto, París sostuvo que Colombia tiene un rol clave. Considera que el país debe activar mecanismos de diálogo en la OACI y en Naciones Unidas para proteger la aviación civil y evitar que la crisis escale. “Nuestra posición geográfica y nuestra relación con ambas naciones nos obligan a liderar esfuerzos para preservar la conectividad y mantener la aviación como herramienta de integración, no de presión política”, señaló.




