Recientemente se realizó la inauguración del Colegio San Benigno de Todi en la penitenciaría de Villavicencio, un evento que marca un paso significativo hacia la inclusión y la educación de las personas privadas de libertad. La ceremonia fue encabezada por el secretario de Educación, William Fernando Zárate, el ministro de esta cartera, José Daniel Rojas, y funcionarios del Instituto Nacional Penitenciario (Inpec).
Educación
La nueva institución educativa tiene como objetivo matricular a 160 personas, entre hombres y mujeres, en niveles de básica primaria, básica secundaria y media. Ofrecerá un modelo de educación flexible para adultos, adaptado a ciclos, y las clases comenzarán el próximo lunes de 8:00 de la mañana a 12:00 del mediodía. Este enfoque se adapta a las necesidades y realidades de los internos, permitiendo acceder a la educación de manera más efectiva.
Programa
César Abello Orjuela, docente encargado del programa, explicó que el Inpec asumió directamente la gestión educativa en el penal de Villavicencio, en colaboración con el Ministerio de Educación y la Secretaría de Educación. Se han habilitado nueve aulas, así como una sala de música y una sala de sistemas, completamente equipadas para facilitar el aprendizaje.
“Este proyecto académico representa un acto de profunda justicia social, donde la educación se convierte en un puente hacia la libertad interior y una herramienta para construir proyectos de vida. La educación equitativa es uno de los pilares de nuestra administración municipal”, expresó el secretario Zárate durante la inauguración.
Importancia
Por su parte, el ministro José Daniel Rojas enfatizó en la importancia de la educación en la vida de estos individuos: “Se trata de un derecho que abre puertas a otros derechos, como el acceso al conocimiento. Es una ventana que derrumba rejas y actúa como un pasaporte hacia la libertad, promoviendo una sociedad más justa”.
El colegio San Benigno de Todi, que recibe su nombre en honor a un religioso italiano defensor de los derechos de las personas privadas de libertad, ofrecerá no solo formación académica, sino también programas relacionados con la música, educación física, deporte, teatro, artesanías y talleres de confección. Estos espacios no solo fomentarán el aprendizaje, sino que también ayudarán a los internos a desarrollar habilidades prácticas y creativas que serán útiles en su reintegración a la sociedad.




