Los patacones son un emblema de la cocina colombiana, especialmente del Caribe. Este tradicional acompañamiento, amado por su sabor intenso y textura crocante, puede volverse pesado y grasoso si no se aplica la técnica adecuada. Afortunadamente, existen trucos sencillos que permiten disfrutar de unos patacones crujientes sin exceso de aceite.
La elección del plátano es el primer paso clave. Es fundamental optar por plátanos verdes y firmes, ya que absorben menos grasa que los maduros. Una buena selección garantiza una textura final más crocante.
Técnica paso a paso para reducir la grasa sin perder el sabor
Después de pelarlos y cortarlos, se deben secar cuidadosamente con papel de cocina o un paño limpio. Esto reduce la humedad, evita salpicaduras peligrosas y disminuye la absorción de aceite. Luego, se aplica la técnica de doble fritura: primero se fríen por tres minutos hasta ablandar, se aplastan, y después se fríen nuevamente hasta obtener un dorado perfecto.
El aceite debe mantenerse a una temperatura entre 170 y 180 grados Celsius. Si está más frío, el plátano absorberá más grasa; si está más caliente, se dorará por fuera pero quedará crudo por dentro.
El toque final importa
Una vez fritos, los patacones deben reposar sobre papel absorbente y, de ser posible, ser presionados ligeramente con otra toalla de papel para extraer la grasa restante. Otro consejo importante: agregue la sal solo al final, ya que hacerlo antes de la fritura podría ablandar el plátano y favorecer la absorción de grasa, como advierten las abuelas cocineras.
El caldo de huesos, una receta ancestral que vuelve con fuerza
En paralelo a esta tendencia de preparar comida casera más saludable, el caldo de huesos ha recuperado protagonismo en la nutrición moderna. Según el Dr. Josh Axe, reconocido especialista en salud integrativa, este alimento milenario aporta beneficios visibles para la piel, las articulaciones y el sistema inmune.
El caldo se prepara cocinando huesos y tejidos animales por más de 12 horas, liberando nutrientes como colágeno, ácido hialurónico y gelatina. Estos compuestos ayudan a mantener la piel firme, regenerar cartílagos, mejorar la salud intestinal y reforzar el sistema inmune.
En resumen, tanto los patacones como el caldo de huesos demuestran que la cocina tradicional puede ser saludable si se aplican técnicas correctas y se valoran sus ingredientes. Con pasos simples, se puede disfrutar de lo mejor del sabor sin renunciar al bienestar.




