Mirta Pérez, una ibaguereña de 42 años, comparte sus recetas a través de las redes sociales.
Una mujer ibaguereña de 42 años, Mirta Carolina Pérez, ha convertido la cocina en su pasión y la comparte con el mundo a través de sus redes sociales como ‘Las recetas de la Mami Carito’. Su historia comenzó en el corregimiento de Carmen de Bulira, donde creció con sus abuelos maternos. A los seis años, su abuelo perdió la visión, lo que cambió los roles en su hogar, y Mirta se convirtió en la responsable de cocinar para su familia, aprendiendo a una edad temprana a preparar platos como sancocho, yuca con sal, arroz y agua.
Suceso
A pesar de las dificultades económicas, Mirta siempre se esforzó por sacar adelante a su familia, incluso dejando sus estudios en cuarto de primaria para dedicarse por completo a cuidar de sus abuelos y tíos. A los 16 años, se convirtió en madre y contó con el apoyo de su pareja, quien es el padre de sus dos hijas, de 28 y 30 años, quienes ahora la ayudan a producir y grabar sus recetas para compartirlas en redes sociales.
Impacto
Con una sazón espectacular, Mirta se ha ganado el corazón de su familia y de sus seguidores en Instagram, TikTok y Facebook, donde comparte sus recetas y su historia de vida. Su amor por la cocina y su dedicación a su familia son ejemplos de valores que transmite a diario, inspirando a otros a seguir sus pasos y a disfrutar de la cocina como una forma de conquistar paladares y compartir momentos especiales en familia.
Comparte
Además de compartir sus recetas, Mirta resalta la importancia de los valores y principios que le inculcaron sus abuelos, quienes la guiaron con amor y dedicación en medio de las adversidades.
Apoyo
Su historia refleja la fuerza y la determinación de una mujer que ha sabido enfrentar los desafíos de la vida con entereza y positividad, convirtiendo la cocina en un espacio de amor y unión familiar. Las recetas de Mami Carito no solo son un deleite para el paladar, sino también un testimonio de resiliencia y amor por la tradición culinaria colombiana.
