Las afectaciones a la población se extendieron a 10 municipios, dejando un saldo de tres fallecidos y 50.000 personas confinadas durante más de nueve días de restricciones armadas. “Damos por finalizado el paro armado a partir de las 6:00 de la mañana del 19 de agosto de 2024 y agradecemos a la población por haber acatado la orden, ya que no se presentaron incidentes.” Con estas palabras, el ELN anunció el fin del paro armado en el Chocó a través de un comunicado. Durante este período, alrededor de 50.000 personas quedaron confinadas en varios municipios.
Los primeros informes sobre las consecuencias del paro armado fueron entregados por la gobernadora de Chocó, Nubia Córdoba-Curi, según lo reportado por Colombia+20 de El Espectador. La gobernadora señaló que, hasta la fecha, la crisis humanitaria ha afectado a 50.000 personas en 10 municipios del departamento. Además, 38 instituciones educativas y unos 22.000 estudiantes han sido impactados, incluyendo 300 estudiantes de la subregión de San Juan que no pudieron presentar las pruebas Saber 11 este fin de semana.
Esta situación, que afecta gravemente a las comunidades, llevó a la gobernadora Córdoba-Curi a solicitar una pronta intervención humanitaria y apoyo para la transición económica de la región, con el fin de garantizar dignidad y acceso a servicios básicos. El paro armado no solo afectó la movilidad y la seguridad, sino que también generó desabastecimiento de alimentos y escasez de medicamentos en más de 10 municipios. La situación se agravó aún más con la muerte de una menor de 18 meses por desnutrición y una mujer embarazada que no pudo ser trasladada a un centro médico a tiempo para dar a luz. Según cifras de la Defensoría del Pueblo, más de 5.000 menores afrodescendientes no pudieron asistir a clases, especialmente durante la presentación de las pruebas Saber 11.
¿En qué va el proceso de paz con el ELN?
El proceso de paz entre el gobierno de Gustavo Petro y el ELN se encuentra en su momento más crítico tras 21 meses de negociaciones. Luego de casi 90 días sin reuniones y una comunicación cada vez más deteriorada, se evidenció esta semana que, a pesar de los avances y acuerdos históricos, ambas partes tienen desacuerdos fundamentales, y la disposición del ELN para ceder es limitada. El Gobierno ha dejado la decisión en manos de la guerrilla, exigiéndole que aclare si tiene o no la voluntad de continuar con los diálogos. Por su parte, el ELN ha acusado al Ejecutivo de incumplir acuerdos y ha rechazado la propuesta confidencial del presidente para reanudar las negociaciones, la cual incluía discutir una reforma económica con empresarios y movimientos sociales.
El paro armado fue anunciado por el ELN el domingo 10 de agosto mediante un comunicado, en el que argumentaron que las restricciones eran una respuesta a la confrontación con el Clan del Golfo.
“Debido al contexto de guerra en la región, la confrontación tiende a intensificarse. Los paramilitares del Clan del Golfo, en el río San Juan, actúan en connivencia con las fuerzas militares y de policía, quienes toman posiciones para cubrirlos y facilitar sus movimientos, permitiendo de manera cómplice que estos mercenarios utilicen embarcaciones de la población civil, poniendo en riesgo a la gente y a los bienes de las comunidades”, indicó el frente de Guerra Occidental Omar Gómez en la misiva.




