La Policía Nacional informó que cinco uniformados fueron suspendidos provisionalmente por el homicidio de Juan Pablo González, señalado abusador de una joven en inmediaciones de una estación de Transmilenio. La muerte ocurrió en una celda de la URI de Puente Aranda, en Bogotá.
«La Inspección General de la Policía Nacional dispuso la suspensión provisional de cinco uniformados para facilitar el desarrollo de la investigación”, comunicó la institución.
El pasado 8 noviembre, Medicina Legal confirmó que la muerte de González fue un homicidio tras encontrar múltiples golpes en su cuerpo, en lo cual estuvieron involucrados cinco uniformados.
Asimismo, la Policía indicó que se encuentra trabajando conjuntamente con la Fiscalía, ente que “está cargo de la investigación penal”, para aportar todos los elementos necesarios con el fin de esclarecer este caso.
«La Policía Nacional, como garante de los derechos humanos, seguirá siendo respetuosa del debido proceso, que incluye la presunción de inocencia, pero al mismo tiempo rechaza de forma categórica cualquier acción u omisión de quien se aparte de los preceptos consagrados en la Constitución Política y las leyes de la República”, agregó.
De acuerdo con fuentes cercanas a Noticias Caracol, Juan Pablo González habría tenido una discusión con algunos internos dentro de la URI antes de ser encontrado muerto en una celda.
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¿Cómo fue abusada Hilary Castro?
Una adolescente de 17 años denunció a través de Redes Sociales que fue abusada en una estación de TransMilenio, en Bogotá.
Según describe la adolescente, Hilary Castro, había tomado la ruta B13 que conduce al norte de Bogotá, se bajó en la estación de La Castellana, en esa misma se bajó un hombre que miraba para lado y lado mientras sacaba algo de la maleta.
En el lugar estaban solo los dos, así que la adolescente empezó a agilizar el paso con angustia.
“Era una estación en la que no había un solo policía, un solo celador. Este hombre, identificado como Juan Pablo, llega detrás mío y me amenaza con un cuchillo”, relata.
La adolescente pensó que se trataba de un atraco porque el hombre sacó un cuchillo y le pedía todo lo que tenía. Sin embargo, empezó decirle cosas obscenas.
La joven indicó que trataba de reaccionar frente a todo lo que estaba pasando y no podía del mismo susto.
El hombre la tomó de la mano para obligarla a salir de la estación de TransMilenio. Una vez lo logró valiéndose de amenazas la llevó atrás de la estación.
“Se bajó los pantalones mientras me seguía teniendo amenazada y me obligó a practicarle sexo oral. Intentó tocarme por debajo del short (yo llevaba un short puesto) y acá –señala los senos–. Yo intentaba correrlo con las pocas fuerzas que tenía porque por el miedo no podía hacer absolutamente nada”, describe entre lágrimas.
Fueron dos jóvenes que caminaban por el lugar los que motivaron a que la agresión parara.
La adolescente señala que ellos se percataron de que algo estaba pasando y buscaron acercarse, en ese momento el abusador se va corriendo.
Una vez le facilitan el celular, Hilary Castro se comunica con las amigas con las que se iba a encontrar y que la estaban esperando. Sus amigas llegan a recogerla y por más que intentaron buscar al agresor no volvieron a verlo.
Tan pronto tuvo fuerza, dio aviso a su mamá de lo que había pasado y se encerró en su cuarto, porque no quería dar detalles de lo sucedido, estaba tratando de asimilar el hecho.
Al día siguiente tomó fuerza, con el apoyo de su mamá, para salir y denunciar. Y ese fue el preámbulo de lo que ella llama una revictimización del sistema judicial.
Luego de que un abogado les aconsejara dirigirse a la URI de la 38 y allí denunciar para iniciar un proceso en el que pudieran solicitar los videos de las cámaras de seguridad de la estación, pero al llegar a esa sede uniformados le indicaron que con ellos no era porque su caso debía manejar una URI que tuviera experiencia en casos de menores de edad, debido a que ella solo tenía 17 años. y era una adolescente.
Así que se dirigió a otra ubicada en la carrera 30 con calle 12, cerca de la estación del Ricaurte, especializada en temas de menores de edad. Pero allá tampoco la atendieron porque le dijeron que el agresor era al parecer mayor de edad.
Tras sugerencia de su abogado,Hilary Castro, llamó a la línea de la Policía de TransMilenio, “llamamos y dice que está fuera de servicio. Claramente quiero hacer todo este caso público porque no quiero que quede en la impunidad. Ni tampoco quiero que esto le vuelva a pasar a otra mujer. Estoy cansada de que los procesos judiciales sean sumamente revictimizantes para todas y que tengamos que pasar por todas estas cosas”, reprochó la menor.
Finalmente, hizo un llamado a la Alcaldía de Bogotá para que verifique qué tan seguro es el transporte público porque no es aceptable que sucedan este tipo de actos y menos aún en un espacio de utilización masiva diariamente.
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