Estados Unidos en alerta: cinco regiones en riesgo inminente de devastadoras inundaciones

Expertos en riesgo climático identifican zonas altamente vulnerables a eventos extremos, donde el turismo y la geografía aumentan el peligro sin ser percibidos.
ESTADOS UNIDOS
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A comienzos de julio, una inundación masiva en el estado de Texas dejó cerca de 130 personas muertas, arrasó con decenas de viviendas y arrastró vehículos a su paso. Este evento ha puesto en máxima alerta a gran parte del territorio estadounidense, ya que las precipitaciones intensas y recurrentes siguen generando estragos. En respuesta a esta situación, la cadena CNN se unió a la organización de investigación First Street, especializada en datos sobre riesgos climáticos, con el fin de identificar las regiones del país donde la amenaza de inundaciones destructivas es más grave y, muchas veces, ignorada.

Según los investigadores, las áreas con mayor riesgo están ubicadas cerca de cañones, valles y corrientes de agua que, históricamente, se desbordan con facilidad. Muchas de estas zonas, además, coinciden con destinos turísticos muy frecuentados por quienes buscan escapar de la vida urbana, sin saber que esos paisajes idílicos pueden convertirse en trampas mortales bajo ciertas condiciones climáticas.

Zonas turísticas y naturales encabezan la lista de alto riesgo

El estudio de First Street revela cinco lugares particularmente vulnerables a inundaciones en Estados Unidos. El primero es Helen, una localidad de estilo bávaro ubicada en las cabeceras del río Chattahoochee, en Georgia, rodeada de montañas que canalizan con fuerza las aguas durante las tormentas. Le sigue el arroyo Nogales, que cruza la frontera entre Sonora (México) y Arizona, donde el paisaje desértico no impide que las lluvias torrenciales desborden el cauce.

En tercer lugar está la cuenca costera de Santa Bárbara, en California, una zona que, a pesar de su imagen serena y clima mediterráneo, ha sufrido desastres relacionados con tormentas e inundaciones. También se destaca la región de las montañas Catskills, en el norte del estado de Nueva York, que con sus colinas onduladas y riachuelos esconde un historial preocupante de crecidas súbitas. Finalmente, el río Yadkin, en Carolina del Norte, aparece como una franja especialmente peligrosa, con antecedentes que superan incluso los daños causados por el huracán Helene.

Un panorama preocupante para el futuro climático de EE.UU.

“Estas regiones no son las únicas que pueden enfrentar desastres como el ocurrido en el condado Kerr, Texas”, subrayó First Street, al advertir que las proyecciones climáticas apuntan a una frecuencia creciente de lluvias intensas y eventos extremos. Además, explicaron que el análisis se centró en zonas donde el riesgo es alto pero suele pasar desapercibido por el atractivo turístico o la falta de preparación estructural.

Este panorama refuerza la necesidad de acciones urgentes en planificación urbana, prevención de desastres y educación pública, especialmente en áreas que, por su belleza natural o su tranquilidad aparente, podrían estar siendo subestimadas en términos de riesgo climático. La adaptación a la nueva realidad del cambio climático ya no es una opción, sino una obligación para salvar vidas.

Geografía, turismo y falta de previsión agravan el problema

El estudio revela que los paisajes más apreciados por turistas también pueden ser los más letales en ciertas condiciones meteorológicas. Lugares como montañas, cañones y ríos estrechos actúan como embudos naturales para el agua, lo cual incrementa significativamente el peligro durante lluvias torrenciales. La percepción errónea de seguridad que reina en estas zonas reduce la capacidad de respuesta ante emergencias, dificultando la evacuación y aumentando las víctimas potenciales.

Estados Unidos enfrenta un desafío crucial en materia de gestión del riesgo climático, donde la combinación de belleza natural, falta de infraestructura adecuada y fenómenos meteorológicos extremos podría tener consecuencias devastadoras si no se actúa con anticipación.


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