El bloqueo de la vía Panamericana, ocasionado por un gigantesco derrumbe en el kilómetro 41 entre Pasto y Popayán, ha generado una crisis económica sin precedentes en Nariño. Según el Observatorio Económico de la Cámara de Comercio de Pasto, las pérdidas acumuladas durante los doce días de interrupción superan los 112.000 millones de pesos, con un impacto diario de aproximadamente 14.000 millones de pesos (3,5 millones de dólares).
Este bloqueo ha afectado el abastecimiento de productos esenciales, el transporte de pasajeros y la distribución de insumos médicos y de construcción como hierro, cemento y acero. La Procuraduría General de la Nación ha instado a las autoridades nacionales y locales a implementar un plan coordinado para desbloquear la vía y mitigar el impacto sobre la región.
Acciones y medidas tomadas
La Procuraduría ha señalado la falta de planificación en infraestructura como una de las causas de la crisis y ha solicitado a Invías, la Gobernación de Nariño y las alcaldías de Pasto, Buesaco y La Unión implementar un plan de contingencia para evitar el desabastecimiento.
Actualmente, el tránsito se regula a través de una vía alterna que conecta los municipios de Pasto, Buesaco, La Unión e Higuerones. Sin embargo, esta vía presenta restricciones: los lunes, miércoles y viernes solo se permite el tránsito de norte a sur, mientras que los martes, jueves y sábados opera en sentido contrario. Los domingos, la vía se cierra completamente para mantenimiento. Esta medida ha generado congestión y problemas en la venta de pasajes, según denuncias de pasajeros en las terminales de Pasto y Cali.
Para buscar soluciones estructurales, Invías ha anunciado la llegada de una comisión de ingeniería especializada para evaluar la magnitud de los daños y diseñar estrategias para la recuperación de la vía.
Solidaridad ciudadana ante la crisis
A pesar de la incertidumbre, ciudadanos han mostrado solidaridad con los afectados. En redes sociales han circulado videos de iniciativas como la de una coordinadora escolar en La Unión, quien ha distribuido alimentos y bebidas a los conductores que transitan por la vía alterna.
La situación ha puesto en evidencia la vulnerabilidad del sistema de infraestructura vial y ha reavivado el debate sobre la necesidad de reformas estructurales para garantizar la conectividad de la región. La Procuraduría ha exigido a las autoridades departamentales informes detallados sobre las medidas adoptadas para evitar el desabastecimiento y ha solicitado fechas concretas para garantizar la movilidad en rutas seguras y transitables.
El colapso de la vía Panamericana no solo afecta el comercio y el transporte, sino que también subraya la urgencia de mejorar la infraestructura vial en el país para prevenir futuras crisis similares.




