Un estudio internacional basado en datos genéticos de más de 45.000 personas con TEA en Europa y EE.UU. concluye que el autismo no puede entenderse como una sola condición con una causa común.
Puntos clave del estudio:
* Los individuos diagnosticados antes de los 6 años tienden a tener un perfil genético y clínico distinto de los diagnosticados después de los 10 años.
* Los diagnosticados más tarde tenían mayores probabilidades de presentar otros problemas de salud mental, como depresión, y su perfil genético se asemejaba más al de trastorno por déficit de atención/hiperactividad (TDAH) que al del tipo más “tradicional” de TEA.
* Los autores sugieren que reconocer subtipos del autismo podría conducir a diagnósticos más precisos y a intervenciones más adaptadas.
Por qué es relevante: Esta visión más matizada del TEA ayuda a que la comunidad médica, educativa y de apoyo despliegue estrategias diferenciadas en lugar de aplicar un único enfoque para todas las personas con autismo.




