Un equipo internacional de investigadores ha logrado grabar en detalle los ataques de serpientes venenosas utilizando cámaras de ultra alta velocidad, revelando aspectos nunca antes vistos del comportamiento y la mecánica de sus mordidas. Este avance científico abre nuevas posibilidades para comprender cómo las serpientes inyectan su veneno y cómo adaptan sus movimientos según el tipo de presa.
Las grabaciones, realizadas en laboratorios controlados, registraron más de 100 ataques de diferentes especies, incluyendo víboras, cobras y serpientes de cascabel. Gracias a la tecnología empleada, que captura miles de cuadros por segundo, los científicos pudieron observar que existen tres patrones distintos de ataque: uno rápido y directo para inyectar veneno en cuestión de milisegundos, otro repetitivo que prolonga la descarga tóxica y un tercero más defensivo, destinado solo a disuadir a posibles amenazas.
Uno de los hallazgos más sorprendentes fue descubrir que algunas especies ajustan la fuerza y duración de la mordida según el tamaño de su presa, lo que demuestra un nivel de precisión y control muscular superior al que se creía posible. Además, las imágenes mostraron cómo los colmillos se pliegan y despliegan con una coordinación perfecta, optimizando la inyección del veneno sin dañar los tejidos bucales del animal.
Los expertos afirman que este estudio no solo contribuye al conocimiento sobre el comportamiento animal, sino que también podría mejorar el desarrollo de antídotos y tratamientos al comprender mejor el flujo y la cantidad de veneno liberado en cada ataque. Asimismo, las observaciones ofrecen pistas sobre cómo las serpientes evolucionaron para convertirse en cazadoras tan eficientes.
Este logro científico marca un hito en la investigación del mundo animal, mostrando que incluso especies tan estudiadas como las serpientes aún guardan secretos que la tecnología moderna recién comienza a revelar.

