Chinchiná: la otra tragedia del 13 de noviembre de 1985

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Mientras el país entero lloraba por la avalancha que sepultó a Armero, en el occidente del volcán Nevado del Ruiz otra tragedia ocurría en silencio. Esa misma noche, el río Chinchiná se desbordó con una fuerza devastadora que arrasó barrios enteros, caminos, puentes y campamentos de trabajadores cafeteros.

En cuestión de minutos, sectores como Mitre, El Río, La Nevera, Almacafé y La del Río desaparecieron bajo toneladas de lodo y piedras. Las cifras nunca fueron precisas: se habló de tres mil, incluso de cinco mil víctimas, muchas de ellas jornaleros que habían llegado para la cosecha y que nunca fueron registrados oficialmente.

El desastre tomó por sorpresa a los habitantes de Chinchiná. Aunque en los meses previos había señales de riesgo y se sabía del aumento de actividad en el Nevado del Ruiz, la magnitud de la avalancha superó cualquier previsión. En algunas zonas, las olas de lodo alcanzaron hasta cien metros sobre el cauce del río.

Las vías quedaron destruidas, los puentes desaparecieron y el municipio quedó incomunicado. La ayuda tardó en llegar, y la reconstrucción se convirtió en una tarea llena de dificultades e irregularidades. Muchas familias nunca pudieron recuperar a sus seres queridos, y con el paso de los años la tragedia fue quedando relegada a un segundo plano, eclipsada por la de Armero.

Sin embargo, para los habitantes de Chinchiná, aquel 13 de noviembre de 1985 marcó un antes y un después. Fue el día en que el rugido del volcán y del río cambió para siempre la historia de este pueblo cafetero, recordando que la tragedia no tuvo un solo nombre ni una sola víctima, sino dos ciudades hermanas golpeadas por el mismo desastre.


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