Tras meses de tensión por temas comerciales, tecnológicos y geopolíticos, Estados Unidos y China acordaron reiniciar un diálogo estratégico bilateral que buscará estabilizar las relaciones entre las dos mayores economías del mundo. El secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, y el ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, se reunieron en Singapur y emitieron un comunicado conjunto comprometiéndose a reducir la escalada de restricciones tecnológicas, fortalecer la cooperación en cambio climático y establecer un canal directo de comunicación militar.
El acercamiento ha sido bien recibido por la comunidad internacional, especialmente por los mercados financieros, que registraron alzas tras conocerse el anuncio. Ambas naciones también se comprometieron a mantener conversaciones sobre ciberseguridad y frenar la carrera armamentista en el Pacífico. No obstante, persisten desacuerdos profundos sobre temas como Taiwán, Hong Kong y los derechos humanos. Analistas indican que este giro diplomático responde a una necesidad mutua de evitar una confrontación abierta y minimizar los efectos económicos de las sanciones cruzadas que afectaban sectores como los semiconductores y las exportaciones agrícolas.



