
Imagen: Mary Altaffer/
En los últimos años, Pekín ha obtenido el respaldo de 70 naciones para intensificar sus acciones contra Taipéi. Alexander Görlach sostiene que la nación insular se encuentra cada vez más vulnerable frente a las acciones de Pekín.
Aunque la campaña presidencial en Estados Unidos, el conflicto de Rusia con Ucrania y la disputa en Gaza han centrado la atención global, Pekín ha capitalizado la ocasión para obtener el apoyo de 70 naciones para una potencial intervención militar contra Taiwán.
La República Popular China requiere este visto bueno, ya que, después de un eventual ataque, los aliados de Taipéi desearían indudablemente emitir una resolución en la ONU condenando este esfuerzo bélico. Con la asistencia obtenida en este momento, esta resolución contaría con muchas menos oportunidades que antes de conseguir una mayoría.
70 países a favor de China
De acuerdo con The Economist, en el transcurso de los últimos 18 meses, esos 70 países han adoptado el planteamiento de Pekín en comunicados y declaraciones oficiales, de acuerdo con el cual, la República Popular posee el derecho a emplear «todos los medios» para alcanzar la «reunificación» de Taiwán con su país. Esto abarca, de manera explícita, medios militares.
El punto de vista actualmente válido y aceptado por Estados Unidos y sus aliados acerca del conflicto entre la República de China (ahora Taiwán) y la República Popular China, es que ninguna de las dos puede alterar el orden establecido por la fuerza de ninguna naturaleza. No obstante, el dictador chino Xi Jinping estableció la anexión de Taiwán como la meta principal de su mandato poco después de tomar el mando en 2013, y lo ha reafirmado de manera constante tanto verbal como físicamente en el pasado reciente.
Los 70 países que mantienen un sistema prochino comprenden Asia, Europa, África, Oceanía y América Latina. El 97%, que incluye Sudáfrica, Egipto y Pakistán, están ubicados en el Sur Global. En gran cantidad de estas naciones, China ha garantizado el acceso a recursos naturales esenciales y ha financiado puertos y otros proyectos de transporte mediante su programa de infraestructuras denominado «Iniciativa del Cinturón y la Ruta». Así pues, Pekín posee la influencia necesaria para forzar a estos países a alinearse.




