Durante la Asamblea General de la ONU en Nueva York, China anunció que dejará de reclamar el “Tratamiento Especial y Diferenciado” (SDT, por sus siglas en inglés) en las negociaciones actuales y futuras de la Organización Mundial del Comercio. Una decisión que marca un giro importante en la postura del país dentro del comercio internacional.
NUEVA YORK, septiembre de 2025.
Durante un evento paralelo a la Asamblea General de las Naciones Unidas, el primer ministro chino Li Qiang declaró que China renunciará al Tratamiento Especial y Diferenciado (SDT) en las negociaciones ante la Organización Mundial del Comercio (OMC). La noticia fue confirmada por la directora general de la OMC, Ngozi Okonjo-Iweala, quien elogió la medida como una señal de liderazgo y responsabilidad institucional.
¿Qué es el Tratamiento Especial y Diferenciado (SDT)?
- Es un conjunto de normas dentro de la OMC que permiten que países en desarrollo tengan plazos más largos, obligaciones menos estrictas y ciertas exenciones en tarifas o subsidios.
- Muchos grandes países han sido criticados por autodeclararse “en desarrollo” para beneficiarse del SDT, lo cual, según algunos países desarrollados como EE.UU., distorsiona la competencia y dificulta reformas en el comercio global.
Motivaciones y contexto
- Esta decisión llega en medio de tensiones comerciales entre China y otros países, especialmente los Estados Unidos, que han exigido mayores compromisos por parte de países que, bajo la categoría de «en desarrollo», disfrutan de ventajas en comercio internacional.
- Se da también en el contexto de la próxima reunión ministerial de la OMC, prevista para 2026 en Camerún, donde reformas del sistema de comercio global están en la agenda. China parece querer mostrar disposición a cooperar en dichas reformas.
- Además, al renunciar al SDT, China busca proyectarse como un país más maduro en términos económicos y diplomáticos, capaz de asumir obligaciones mayores en comercio sin depender de beneficios especiales.
Posibles repercusiones
- Para China: podría aumentar la presión interna para elevar estándares en producción, estándares ambientales, laborales y de subsidios, al no poder acogerse más fácilmente a las excepciones.
- Para otros países en desarrollo: podría generar un efecto dominó; algunos podrían estar presionados a seguir ese camino o, al menos, revisar su posición, lo que cambia las dinámicas de negociación en la OMC.
- Para Estados Unidos y otros países desarrollados: esto podría ser usado argumentativamente para impulsar reformas que actualmente enfrentan resistencia de ciertos miembros de la OMC, justificando mayor equidad en las reglas comerciales.
- Para comercio global: posiblemente se genere una ola de negociaciones más estrictas y menos flexibles, con mayores exigencias en cumplimiento regulatorio, control aduanero, subsidios, cumplimiento ambiental y laboral.
China acaba de dar un paso estratégico importante en su rol internacional al dejar de lado el SDT, lo que puede alterar sustancialmente el equilibrio en las discusiones globales de comercio. Es un gesto que podría abrir puertas a mayor cooperación reformista, pero también trae consigo desafíos internos. Cómo reaccionen otros países será clave para saber hasta dónde este cambio influye en la arquitectura comercial global.




