La tecnología y el deporte se fusionaron de manera sorprendente en el CMG World Robot Championship, el primer torneo de boxeo protagonizado por robots humanoides controlados por humanos, celebrado en la ciudad de Hangzhou. Este evento sin precedentes marcó un hito en la robótica y capturó la atención internacional.
En el ring no se enfrentaron atletas de carne y hueso, sino cuatro modelos G1 de la empresa Unitree, de 1.3 metros de altura y 35 kilos de peso, equipados con sensores de movimiento, algoritmos de control y articulaciones avanzadas. Los combates se realizaron en un formato colaborativo humano-máquina, donde técnicos especializados dirigían los movimientos de los robots mediante controles manuales.
Las peleas fueron evaluadas por jueces reales, quienes valoraron la precisión de los golpes, el equilibrio, la recuperación tras caídas y la capacidad de respuesta. Los robots, pese a no contar con inteligencia autónoma para el combate, lograron ejecutar secuencias de ataque complejas gracias a sus sistemas biónicos y de balance dinámico.
La gran final enfrentó al robot AI Strategist contra Energy Guardian. AI Strategist se coronó campeón tras una rápida secuencia de golpes que dejó sin respuesta a su rival. A pesar de un rodillazo recibido en los primeros segundos, logró reincorporarse y continuar la pelea, demostrando el alto nivel de ingeniería detrás del diseño.
El evento forma parte de una serie de demostraciones del avance de China en robótica humanoide con inteligencia artificial incorporada, con aplicaciones potenciales en seguridad, rescate, medicina y exploración. El boxeo, en este caso, fue solo una vitrina del poder y precisión que estos sistemas pueden alcanzar.
El campeonato no solo mostró el entretenimiento del futuro, sino que reafirmó el liderazgo de China en la carrera tecnológica global, donde la interacción hombre-máquina cada vez cobra más relevancia en distintos sectores.




