Boyacá Chicó no pudo con la presión en Barranquilla y terminó cayendo 2-0 ante Junior, en un partido que evidenció la diferencia de ritmo, jerarquía y profundidad entre ambos equipos. El compromiso, jugado en el estadio Metropolitano, fue dominado por el equipo local de principio a fin, dejando sin respuestas al conjunto de Tunja.
El equipo barranquillero golpeó temprano, con un gol a los nueve minutos de Jeison Suárez, quien definió con precisión luego de una jugada colectiva por el sector derecho. Ese tanto tempranero descolocó al Chicó, que no logró reacomodarse ni tomar control del balón, quedando a merced del juego vertical de Junior.
En la segunda parte, la superioridad del local se volvió aún más evidente. El segundo tanto llegó pasada la hora de juego, cuando Brayan Castrillón conectó un cabezazo letal tras un centro desde la banda izquierda. Ese gol sentenció el encuentro y desató la celebración en las tribunas del Metropolitano, donde el ambiente fue de fiesta durante todo el compromiso.
Chicó tuvo pocas opciones para descontar. Su ataque fue inofensivo, sin peso en el área rival, y apenas logró acercarse con remates desde fuera del área, que fueron bien contenidos por el arquero Santiago Mele. La falta de claridad en los metros finales terminó siendo uno de los factores determinantes de la derrota.
Con este resultado, Boyacá Chicó continúa estancado en la parte baja de la tabla, mientras que Junior sigue invicto y se afianza en los primeros lugares del campeonato. El contraste entre ambos equipos fue evidente tanto en lo futbolístico como en lo anímico.
Para el equipo boyacense, este revés supone un llamado urgente a la reacción. La falta de solidez defensiva y la desconexión en ataque preocupan al cuerpo técnico, que deberá encontrar soluciones rápidas si quiere competir de manera más equilibrada en lo que resta del torneo.



