Por primera vez desde el desastre nuclear de 1986, Chernóbil ha liberado al mundo 22 toneladas de acero descontaminado, un hito que simboliza el lento pero firme proceso de recuperación ambiental en la zona de exclusión.
Un paso histórico tras décadas de encierro
El acero, almacenado durante décadas dentro del perímetro altamente controlado del reactor número 4, ha pasado por un riguroso proceso de descontaminación y verificación radiológica.
Los expertos confirmaron que cumple con los estándares internacionales de seguridad, lo que permite su reutilización industrial sin riesgo para la salud o el medio ambiente.
Cómo se logró la descontaminación
La operación fue posible gracias a un sistema automatizado que elimina las partículas radiactivas adheridas al metal. Posteriormente, el material fue sometido a múltiples análisis de radiación gamma y beta, realizados por el Instituto Estatal de Gestión de Residuos Nucleares de Ucrania.
El resultado: acero completamente limpio que podrá ser reincorporado a la economía circular, reduciendo la necesidad de extraer nuevos recursos naturales.
Un símbolo de esperanza para Chernóbil
Este logro no solo representa un avance tecnológico, sino también un cambio de paradigma en la forma de gestionar los residuos nucleares.
Las autoridades ucranianas destacan que este es el primer lote de una serie de liberaciones controladas, parte de un ambicioso plan para recuperar gradualmente los materiales del sitio.
“Después de casi cuarenta años, empezamos a cerrar el ciclo del desastre”, señalaron los encargados del proyecto.
El futuro de la zona de exclusión
Aunque gran parte del área sigue siendo peligrosa para la vida humana, la liberación de materiales descontaminados marca el inicio de una nueva etapa.
Los científicos esperan que, en los próximos años, Chernóbil pueda transformarse en un centro de investigación y energía renovable, alejándose poco a poco del estigma de la catástrofe nuclear.




