Alias ‘Enfermera’ o ‘Sofía’, cabecilla del Clan del Golfo, cayó en tierra pijao.
Un golpe de alto impacto contra el temido Clan del Golfo sacudió la tranquilidad de Ibagué en la mañana del jueves 20 de noviembre de 2025. Las autoridades, en una operación quirúrgicamente precisa y articulada con la Fiscalía General de la Nación, lograron la captura de una mujer identificada con los alias de ‘Enfermera’ o ‘Sofía’. Esta delincuente, que ostentaba el cargo de presunta cabecilla de zona, manejaba las riendas de la estructura criminal con injerencia directa en la zona de San Pablo, Bolívar. No obstante, fue su presencia en la capital tolimense, donde se creía a salvo, la que permitió a los uniformados ponerle fin a su carrera delictiva. El operativo se ejecutó con sigilo, garantizando el éxito de la aprehensión sin mayores contratiempos en un barrio residencial de la ciudad.
La captura de ‘Enfermera’ se hizo efectiva en cumplimiento de una orden de captura vigente por el grave delito de concierto para delinquir agravado. Aunque la mujer solo llevaba dos años en la trayectoria criminal, su ascenso dentro del organigrama del Grupo Armado Organizado (GAO) Clan del Golfo fue meteórico y decisivo para las operaciones en el Magdalena Medio. Las exhaustivas investigaciones de inteligencia revelaron el rol fundamental que desempeñaba esta mujer, demostrando que su posición iba mucho más allá de un simple enlace.
Alias ‘Enfermera’ era, de hecho, el cerebro financiero y logístico de la célula criminal. Su principal y delicada función era la de pagar la nómina criminal, es decir, asegurar que el dinero llegara a todos los integrantes de la estructura para mantenerlos activos y motivados. Adicionalmente, era la encargada de coordinar las actividades delictivas en su área de influencia, desde extorsiones hasta movimientos de material ilícito. Pero quizás el detalle más revelador de su importancia era su rol en el área de sanidad: ella gestionaba y coordinaba la atención médica de aquellos integrantes del GAO que resultaban heridos en medio de confrontaciones con la Fuerza Pública o en disputas territoriales con otras bandas.
Esto demuestra que su captura no es solo la detención de un cabecilla, sino un golpe directo que desestabiliza la estructura financiera y logística del Clan del Golfo en una región clave. Al cortarse la línea de pago y la gestión de heridos, se debilita la moral y la capacidad operativa de la red de apoyo del grupo criminal. Las autoridades han manifestado que este resultado es un mensaje claro a las estructuras delincuenciales que buscan refugio o planean extender sus operaciones en el departamento del Tolima.



