FRACASA PRIMER LABORATORIO LEGAL DE COCA
La iniciativa, buscaba demostrar el potencial lícito para alejar a los campesinos del narcotráfico.
REGISTRO OFICIAL
El primer laboratorio legal de hoja de coca en Colombia, ubicado en el departamento del Cauca, cerró sus puertas luego de no recibir el respaldo estatal necesario para su sostenibilidad. La iniciativa, impulsada por comunidades indígenas del suroccidente del país y liderada por Victoriano Piñacué, surgió en medio de la pandemia como una alternativa para dejar atrás la economía ilegal y darle un uso lícito a la hoja de coca, históricamente asociada a la producción de cocaína. El proyecto logró una inversión cercana a los 2.000 millones de pesos, contrató a 30 personas y obtuvo en diciembre de 2023 el primer registro oficial de abono orgánico con composición de hoja de coca, expedido por el Ministerio de Agricultura y el ICA. A pesar del reconocimiento inicial del Gobierno nacional y de las visitas de la vicepresidenta Francia Márquez a la planta, la falta de un decreto que habilitara la comercialización de los productos impidió su funcionamiento formal y sostenido.
NO PUDO GENERAR INGRESOS
Según Piñacué, el presidente Gustavo Petro expresó públicamente su respaldo al proyecto, destacándolo como un modelo de transformación productiva, pero las comunidades indígenas sienten que el Gobierno no cumplió sus promesas. La vicepresidenta Francia Márquez visitó el lugar en dos oportunidades y expresó también su apoyo. El laboratorio no pudo generar ingresos, pues nunca recibió los permisos necesarios para vender los productos elaborados a partir de la hoja de coca, como saborizantes, alcoholes, abonos y otros derivados. Sin ese soporte legal, la operación del laboratorio se volvió insostenible y finalmente tuvo que cerrar en diciembre de 2024. La frustración de las comunidades radica en que, pese a haber seguido las vías institucionales y demostrar que es posible transformar un cultivo tradicionalmente vinculado al narcotráfico, fueron dejados solos en la implementación. Para los líderes del proceso, el abandono institucional representa una oportunidad perdida para demostrar que en Colombia sí se puede construir una economía lícita y autónoma a partir de la coca.

Gloria Miranda, directora de Sustitución de Cultivos.
MODELOS ALTERNATIVOS
La consecuencia directa del cierre fue que parte de los cultivos que estaban destinados al laboratorio regresaron al mercado ilegal, siendo vendidos nuevamente a narcotraficantes del Cauca, donde la arroba de hoja de coca mantiene un valor atractivo. Desde el Gobierno, la directora de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito, Gloria Miranda, afirmó que la razón por la cual no se han otorgado permisos de comercialización es que el Ministerio de Justicia aún está construyendo el marco legal correspondiente. Sin embargo, para las comunidades, esta demora refleja una falta de voluntad política real y pone en evidencia las dificultades para implementar modelos alternativos en territorios históricamente olvidados. Aunque el Gobierno ha insistido en que la erradicación voluntaria y la sustitución de ingresos son pilares de su estrategia, el caso del laboratorio en el Cauca demuestra los retos profundos que enfrentan quienes deciden apostarle a la legalidad en medio de contextos adversos.

Francia Márquez, vicepresidenta.




