Cerro Seco, riqueza natural de Bogotá donde se encuentra el famoso ‘Palo del ahorcado’, enfrenta graves amenazas

Representantes distritales, líderes sociales y autoridades ambientales, quienes denunciaron el deterioro progresivo de este estratégico ecosistema debido a la minería, la urbanización no planificada y la falta de coordinación institucional.
Palo del ahorcado - @Bogota
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La Comisión Primera del Plan de Desarrollo y Ordenamiento Territorial del Concejo de Bogotá realizó un debate de control político que encendió las alarmas sobre el deterioro crítico del Parque Ecológico de Montaña Cerro Seco, ubicado en el suroccidente de la ciudad. El debate, promovido por el concejal Oscar Bastidas Jacanamijoy (MAIS), reunió a representantes distritales, líderes sociales y autoridades ambientales, quienes denunciaron el deterioro progresivo de este estratégico ecosistema debido a la minería, la urbanización no planificada y la falta de coordinación institucional.

Cerro Seco, un enclave natural fundamental para la biodiversidad capitalina, enfrenta presiones de todo tipo, como actividades mineras autorizadas y clandestinas han causado hundimientos, desviaciones de cuerpos de agua como la quebrada Peña Colorada y pérdida de cobertura vegetal en más de 199 hectáreas de gran valor ambiental y cultural. A ello se suma el loteo y venta ilegal de terrenos, con carteles que ofrecen predios en zonas protegidas por hasta 7 millones de pesos cada uno, denunciando la comunidad la llegada masiva de “tierreros”. Pese a la declaratoria oficial del área como parque ecológico distrital, apenas uno de sus predios tiene carácter público, lo que limita las acciones efectivas de protección y control.

El impacto no es sólo ecológico: los residentes y líderes vecinales, incluyendo indígenas y campesinos, resaltan el abandono institucional y la escasa ejecución del plan de manejo ambiental. Aseguran que, mientras la legalidad se discute en despachos, la montaña continúa perdiendo vida y afronta riesgos sociales como la inseguridad, la exclusión y la pérdida de territorio sagrado. Testimonios recabados por medios nacionales profundizan en el reclamo de líderes comunitarios que exigen que el Cerro Seco sea considerado un parque ecológico protegido.

Entre las propuestas presentadas en el Concejo están el fortalecimiento del plan de manejo ambiental, la restauración del hábitat, el monitoreo de la biodiversidad y la protección de las fuentes hídricas, al tiempo que se reclama mayor participación y liderazgo de las comunidades en las decisiones. Cerro Seco, único semidesierto de Bogotá, se erige así como símbolo del desafío urbano-ambiental: conservar la naturaleza y los saberes ancestrales mientras la ciudad crece y las amenazas persisten.


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