El Cerro de Guadalupe se alza imponente a 3.300 metros sobre el nivel del mar, ofreciendo una de las mejores vistas panorámicas de Bogotá. Aunque suele ser eclipsado por su vecino más popular, Monserrate, este cerro guarda una riqueza histórica, espiritual y natural que lo convierte en un destino obligatorio para los visitantes de la capital colombiana.
Historia y devoción en lo alto
Este cerro ha sido un lugar de peregrinación religiosa desde la época colonial. En su cima se encuentra la imagen del Sagrado Corazón de Jesús, una estatua de 15 metros de altura, instalada en 1946. Cada domingo, especialmente durante Semana Santa, cientos de fieles acuden a misas al aire libre y celebraciones católicas, fortaleciendo su valor espiritual.
¿Qué hacer en el Cerro de Guadalupe?
Además de su fuerte carga religiosa, el cerro también ofrece actividades para todos los gustos:
- Miradores: Desde su cima se puede observar una vista panorámica única de Bogotá, ideal para fotografías y videos.
- Senderismo: Aunque la ruta no está tan comercializada como la de Monserrate, hay caminos para caminatas cortas rodeadas de vegetación andina.
- Cultura y gastronomía: Algunos fines de semana se instalan puestos de comida típica colombiana y artesanías, ideales para una pausa con sabor local.
¿Cómo llegar?
El acceso al Cerro de Guadalupe no está habilitado de forma permanente al público general. Se puede llegar:
- En vehículo particular los domingos y días festivos (vía La Calera).
- A través de excursiones organizadas o recorridos turísticos previamente autorizados.
Es importante consultar el estado del acceso antes de planear tu visita.
Un destino alternativo y mágico
El Cerro de Guadalupe es una joya menos explorada que combina espiritualidad, naturaleza y patrimonio. Ideal para quienes buscan desconectarse del ruido urbano y disfrutar de un momento de contemplación o simplemente una postal inigualable de Bogotá.
